Mientras Alepo arde, Obama juega al golf

El título de esta columna de Reven Barko tiene que ver con una imagen publicada por la Casa Blanca, en la que se ve al presidente norteamericano practicando ese deporte en su despacho. Berko recuerda que el incumplimiento de sus amenazas al régimen de Asad –las famosas líneas rojas– ha agravado de manera trágica el conflicto sirio.

(…) mientras el presidente hacía restallar el látigo en Washington, el régimen de Asad empleaba gas sarín contra su pueblo, los bombardeos rusos tenían por objetivo a los ciudadanos de Alepo y los propios aviones de Asad lanzaban bombas de barril sobre ellos. A todo esto, el grupo Estado Islámico ha retomado Palmira y el desastre regional continúa.

El drama alcanzó su punto cimero el pasado martes por la tarde, cuando los informes de genocidio y crímenes contra la humanidad llegaron a las capitales árabes y los funcionarios internacionales, empezando por los de la Cruz Roja e incluyendo al secretario general de la ONU, Ban Ki Moon –que estaba horrorizado y emitió una condena advirtiendo que la Historia “no perdonaría”–, así como a los ministros de Exteriores y portavoces de los países árabes y occidentales.

The Jerusalem Post publica un editorial en el que abunda en la dramática situación de los habitantes de la populosa ciudad siria y aboga por una acción internacional a la que el Estado judío no debería sustraerse.

El mundo debe intervenir antes de que la peor crisis humanitaria de nuestro tiempo se deteriore aún más. Israel, una nación creada como consecuencia del Holocausto, tiene la obligación moral de liderar los esfuerzos diplomáticos para detener la matanza de los civiles atrapados en la batalla.

(…)

Con fuerzas afiliadas a Al Qaeda como el Frente para la Conquista del Levante luchando junto a los rebeldes, es imposible diferenciar a los tipos buenos de los malos. La posición de Israel ha sido la de permanecer completamente neutral. Solo cuando Hezbolá ha tratado de introducir de contrabando equipos militares para moverlos de Siria al Líbano, donde podrían ser utilizados contra Israel, las IDF han lanzado ataques preventivos.

Pero el destino de los civiles y los trabajadores humanitarios de Alepo es una cuestión moral. Al margen de banderías, ha de encontrarse una solución que permita la evacuación segura de los que están atrapados en la ciudad. E Israel, como una voz moral en la región, tiene que tomar posición al respecto.

Al socaire de los últimos atentados registrados en Turquía, el periodista saudí Mshari al Zaydi traza un paralelismo sobre el origen común de la violencia yihadista. Las injerencias de Rusia e Irán en Siria e Irak, sostiene Zaydi, están provocando un agravamiento del fenómeno del terrorismo islamista en la región.

El terrorismo contra Turquía está siendo alimentado através de Siria y probablemente también Irak, dado que el ISIS ha calificado a Turquía como país enemigo tras haberse involucrado en la guerra contra él. (…)

Egipto tiene un tipo diferente de terrorismo, aunque hay un vínculo con el ISIS en todos esos lugares y Siria, Irak y Al Qaeda. (…)

Los volcanes sirio e iraquí están lanzando lava por doquier. Torrentes de fuego están derramándose hacia los países vecinos, o más bien a todo el mundo. EEUU, la mayor superpotencia mundial, probablemente cree que su ‘aislamiento’ de Oriente Medio es la solución, y que puede permanecer a salvo con sólo combatir al ISIS y a Al Qaeda.

Es una gran ilusión, porque dejar que Irán y Rusia perpetren crímenes en Siria e Irak claramente significa más terrorismo del ISIS y de otros grupos, y más terrorismo internacional en Occidente y en los propios Estados Unidos. Está claro como el cristal.

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Fuente: El Medio

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