Qué está en juego en Siria – ISIS 2.0 – El Vietnam turco

En Frontpage Magazine, Daniel Greenfield advierte al presidente de EEUU, Donald Trump, de que su espaldarazo a la ofensiva antikurda del islamista Recep Tayyip Erdogan es un tremendo error que no hará más que reforzar a los peores enemigos de Norteamérica.

La Turquía de Erdogan es un enemigo de los Estados Unidos. (…) Erdogan no es nuestro ‘amigo’. 

La invasión por parte de la Turquía islamista [del Kurdistán sirio] puede entrañar la fuga de miles de prisioneros del ISIS. E implicará la creación de una zona de seguridad para los aliados terroristas islamistas de Erdogan.

(…)

Ni podemos ni debemos mantener fuerzas en Siria. (…) Hasta el momento, los kurdos han sido nuestra mejor opción. (…) Dejar a Turquía levantar su zona de seguridad y masacrar a los kurdos eliminará a la única fuerza no islamista del lugar. E implica que más tarde habremos de elegir entre Turquía e Irán. (Si es que no se las ingenian para consolidar la zona juntos).

(…)

Que Trump se quiera retirar de Siria no es insensato. Pero no debería hacerlo como un respaldo a una invasión turca. En vez de ello, deberíamos reforzar las capacidades kurdas y reconocer un Estado independiente kurdo (…)

Irse a la cama con Erdogan significa irse a la cama con terroristas islámicos. Significa que Siria será un nodo terrorista [aún más peligroso].

(…)

Erdogan era el amigo de Obama, no el nuestro. Es nuestro enemigo. Toda política regional que no lo asuma repetirá los mismos errores de la era Obama que llevaron al resurgimiento del terrorismo islámico.

Igualmente duro se muestra Michael Rubin en el Washington Examiner, al punto de acusar al presidente Trump de estar resucitando al Estado Islámico.

Puede que Trump piense que apoyar la entidad estable y autogobernada que kurdos, cristianos, yazidíes y árabes han creado en el noreste de Siria no es del interés de EEUU. Y los realistas pueden creer que, francamente, la moralidad no tiene lugar en la política exterior. Pues bien, ambos se equivocan.

Lo que sucede en Siria no se queda en Siria. Si el pasado sirve de precedente, puede que EEUU se vea inmerso en un conflicto inesperado en el que precise recurrir a fuerzas indígenas. Y estaría en lo cierto quien llegara a la conclusión de que una alianza con EEUU sería efímera y quizá hasta suicida. Rusia, en cambio, se mantiene junto a sus aliados incluso cuando recurren a las armas químicas.

(…) bendecir y permitir una operación turca en el norte de Siria es permitir la resurrección del Estado Islámico. […] Poner a Erdogan a contener al Estado Islámico es como confiar a Irán la protección de las vías internacionales de navegación. 

Por otro lado, el propio Rubin apunta en The National Interest que a Erdogan la aventura siria puede acabar saliéndole muy cara

Erdogan puede decir lo que quiera sobre la amenaza terrorista que según él emana del norte de Siria, pero aún tiene que probar su existencia. Sucede de hecho todo lo contrario: no sólo es que los kurdos sirios han sido la más efectiva fuerza indígena contra el Estado Islámico, sino que hay pruebas abrumadoras de que Turquía cooperó, se aprovechó de y a veces hasta se coordinó con los afiliados sirios de Al Qaeda y con el Estado Islámico.

Las regiones administradas por los kurdos son las más seguras y tolerantes de toda Siria. El deseo de Erdogan de conquistarlas tiene menos que ver con el terrorismo que con su afán de expandir las fronteras turcas, acabar con el precedente de un autogobierno kurdo no subordinado a los dictados turcos y hacerse con sus recursos petrolíferos.

(…) Los kurdos tienen una amplia experiencia de combate sobre el terreno. En cambio, las recientes purgas políticas en el Ejército turco han hecho de éste una sombra de lo que fue.

(…) 

(…) puede que el mayor error de Erdogan sea pensar que la lucha entre Turquía y los kurdos sirios [será de carácter local]. Turquía se ha implicado en guerras subsidiarias en Gaza y Libia, y anda en conflicto político con Arabia Saudí. (…) En mi última visita al noreste de Siria, me sorprendió la presencia de funcionarios saudíes de defensa e inteligencia (…)

Puede que las fuerzas turcas vayan a Siria con la arrogancia con que el Ejército Rojo invadió Afganistán o los Estados Unidos fueron a Vietnam. Pero como comprendieron Moscú y Washington, entrar es mucho más fácil que salir. 

Quizá Erdogan piense que golpear a los kurdos y confiscarles el petróleo es una victoria para Turquía, pero se equivoca. Simplemente está abriendo la puerta a una guerra de desgaste que Turquía no se puede permitir y que finalmente podría perder.

La entrada Qué está en juego en Siria – ISIS 2.0 – El Vietnam turco aparece primero en Revista El Medio.

Fuente: El Medio

Share Button

Otras Noticias