Israel siempre será el enemigo

Marc Goldberg denuncia la israelofobia rampante en las universidades occidentales, donde parecen no importar los miles de inocentes que mueren en Siria o Irak, sino sólo el conflicto palestino-israelí, desde una perspectiva tremendamente sesgada. Goldberg aprovecha también para recordar por qué y para qué existe el Estado de Israel.

(…) hartos de ser obligados a vivir en guetos, odiados por sus conciudadanos y convertidos en chivos expiatorios por cualquier motivo, los judíos recuperaron su dignidad y reclamaron su patria ancestral. En un mundo que les había fallado, los judíos se dieron cuenta de que sólo podían confiar en sí mismos.

Al levantar el Estado de Israel, los judíos ganaron su libertad. Con la autodeterminación nacional no tenemos que depender de la buena voluntad de tiranos o demócratas, no tenemos que temer al brazo de nuestro propio Gobierno o a que la policía secreta llame a la puerta en mitad de la noche para llevarnos al Gulag. Con nuestro propio Ejército protegiéndonos, nunca más tendremos que temer ser de nuevo sojuzgados. Tenemos voz entre las naciones del mundo, así que nunca tendremos que preocuparnos de nuevo de que no se nos escuche, de que nuestro caso no se tenga en cuenta o de que se nos lleve a la muerte mientras el mundo asegura que sus manos están atadas.

Elliott Abrams, del Council on Foreign Relations, critica en este texto el más reciente artículo de Jimmy Carter, donde de nuevo deja ver su animadversión hacia el Estado de los judíos y su sesgo propalestino.

En el ‘New York Times’ (…) escribió que “América debe reconocer a Palestina”, y presenta una versión de la realidad israelí que simplemente deja de lado los hechos. Carter nos cuenta que “el paso simple pero vital que esta Administración debe dar antes de que expire el plazo del 20 de enero es garantizar el reconocimiento diplomático estadounidense del Estado de Palestina, como han hecho ya 137 países, y ayudar al reconocimiento pleno por parte de la ONU”.

(…)

Los “hechos” que Carter aduce no sólo son erróneos, sino tramposos y confusos. Por ejemplo, escribe que hay “600.000 colonos israelíes”. Ese número solo puede alcanzarse contando como colonos a todos los israelíes que viven en Jerusalén, incluida la parte judía y las zonas que les vedó Jordania antes de 1967.

(…) Lo que se necesita realmente para avanzar hacia la paz es seguridad; y poner fin al terrorismo. Asunto éste completamente ausente del artículo de Carter.

La analista turca Nuray Mert explica las razones que están detrás del declive económico turco y las consecuencias políticas que está teniendo, dada la deriva nacional-islamista impulsada por el presidente Erdogan.

Durante los últimos años, las advertencias sobre la llegada de la crisis han caído en saco roto. No debe sorprender, dado que nuestro presidente no toma en consideración los argumentos críticos. En su lugar, está rodeado por autoproclamados consejeros económicos que creen en la autosuficiencia y la independencia en nombre de una “economía nacionalista”. No es de extrañar que uno de sus principales asesores sea de origen ultranacionalista, mientras que otro era maoísta en su juventud. El presidente mismo tiene un pasado nacional-islamista, aunque se convirtió al neoliberalismo cuando pensó que eso le ayudaría en sus aspiraciones (…)

(…) a pesar de la debilidad estructural [de la economía turca], fueron la mala gestión y el autoritarismo (…) los que desencadenaron la actual crisis económica. (…) la estabilidad política y social de Turquía se ha visto dañada por una profunda polarización, el asunto kurdo se ha convertido en un desastre y la política exterior ha fracasado también. La debilidad política ha alimentado la crisis económica.

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Fuente: El Medio

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