El pasado sábado (30), Esther van Wijk, evangelista de la fundación “Presence”, llevó a cabo una evangelización en el Barrio Rojo, un lugar conocido por la prostitución en los Países Bajos .
En el barrio la prostitución es una profesión regulada, como cualquier otra. Las mujeres y las niñas aparecen en los escaparates como “productos” y el consumo de drogas y alcohol es alarmante.
Allí llevaron a cabo una acción evangelística Ester y otros cristianos, que aún no tenían experiencia en evangelizar, pero estaban llenos del Espíritu Santo.
“Visitamos a unas 30 mujeres y cada una de ellas se abrió a nosotras. Eso ya fue realmente especial. Es obra del Espíritu Santo”, informó Esther.
“No teníamos mucho tiempo para hablar con las mujeres, porque ese era su ‘tiempo de trabajo’. Entregamos kits de evangelización a todas las mujeres a las que logramos acercarnos y se nos permitió orar brevemente por ellas”, añadió.
Esther dijo que sentía el amor de Jesús por estas mujeres mientras ministraba la Biblia y oraba.
“ En la calle , el amor de Dios es tan tangible. Al mismo tiempo, también experimentas su tristeza. El dolor de la gente le duele aún más. Nos sentimos profundamente conmovidos. Hubo un momento que estábamos en la esquina y tuvimos que llorar. Eran lágrimas de Dios”, dijo.
Misión
Esther suele evangelizar en las calles de la ciudad de Rotterdam: “Es un lugar fantástico para alcanzar a la gente. Estoy increíblemente agradecido de poder hacer esto, junto con los otros evangelistas”.
Continuó: “Realmente experimentamos un cielo abierto en los lugares donde estamos. A través del culto algo se abre y esto se siente durante la evangelización”.
Explicó que su papel como evangelista es orar por el lugar y pedirle al Señor que los dirija a las personas y conversaciones adecuadas.
Esther también informó que la Palabra de Dios transformó la vida de muchos jóvenes de la región.
“Los jóvenes, en particular, están muy abiertos a Dios en este momento. A medida que las palabras de conocimiento conmueven a las personas, se convierten, se bautizan y comienzan a asistir a las iglesias. Estamos muy agradecidos por lo que Dios hace”, dijo.
“Los ciudadanos tienen mucha hambre, especialmente los jóvenes . Dan su vida al Señor, quieren ser enviados a las iglesias, sobre todo si reciben una palabra de conocimiento, se ve que están en shock”, añadió.
Recientemente, el Señor le reveló el sueño de dos jóvenes que conoció en la calle.
“Les dije y me dijeron: ‘¿Cómo sabes eso?’ Dije que Dios ve sus corazones y comencé a hablar del Señor Jesús. Ya estaban buscando algo que los llenara, pero ahora Jesús vino con la verdad”, testificó.
Viviendo para Cristo
Después de esta experiencia, las jóvenes aceptaron a Jesús. El mismo sábado, el equipo también encontró en la calle a cuatro chicas de la región de Luxemburgo.
“No tenían historia de fe, pero el Señor empezó a hablar de sus sueños y de su pasado. Y estaban perplejos”, relató el evangelista.
Ester les explicó que Jesús vino al mundo para redimir los pecados y afirmó que Él es el Hijo de Dios, el Salvador de la humanidad.
Al final, se nos permitió orar por sus vidas y ellos expresaron interés en saber más acerca de Cristo.
“La gente tiene hambre de la Verdad y Dios quiere utilizar a todos los cristianos. No hace falta mucho. Nuestra obediencia es lo que podemos darle a Él. Es el Espíritu Santo quien lo hace a través de ti”, concluyó Esther.
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