Después de 10 años fuera de casa debido a la guerra, este mes, 22 familias cristianas regresaron a su ciudad natal en la llanura de Nínive en Irak .
Durante la última década, han vivido como desplazados internos. La mayoría son de Qaraqosh y tuvieron que huir en 2014, cuando los extremistas del Estado Islámico tomaron el control de Nínive.
Para el momento del regreso, guardias de seguridad acompañaron a las familias hasta sus hogares. Según Portas Abertas, cada familia necesita ahora la fuerza para empezar de cero.
Razones de gratitud
Unas semanas antes del regreso, los cristianos locales recibieron otra buena noticia. Una iglesia local en Bagdad celebró la ordenación de 12 diáconos. “La ceremonia fue dirigida por Basilius Yaldo con el apoyo del líder cristiano Mar Shalemon Wardoni”, compartió la organización.
“La iglesia está muy feliz por los nuevos siervos dispuestos a trabajar en la obra y cuenta con nuestras oraciones para que tengan la sabiduría y la fuerza para llevar a cabo el ministerio de ayuda a la comunidad cristiana en la capital de Irak”, continuó.
“Otro motivo de gratitud para los iraquíes son las lluvias de este año. En invierno, las precipitaciones caían en la cantidad necesaria. El depósito de agua de la presa de Dohuk, en el norte de Irak, está lleno. De aquí procede el suministro para la ciudad de Dohuk y los pueblos de los alrededores. El año pasado, durante el invierno, llovió tan poco que se perdieron muchas cosechas. La comunidad está muy agradecida con Dios por esta bendición”, destacó.
Paz y oraciones
Incluso con todas las bendiciones compartidas, la Iglesia en Irak todavía enfrenta desafíos. “Los cristianos de origen musulmán necesitan fortaleza para permanecer en la fe, especialmente en los días más difíciles.
Además, en enero de este año, otro ataque con misiles golpeó al país. La situación se ha vuelto incierta y ha dejado a mucha gente ansiosa y aprensiva”, explicó Portas Abertas.
“Por lo tanto, es importante que los líderes y ciudadanos de Irak encuentren la fuerza y la sabiduría para afrontar estos tiempos difíciles con esperanza”, especificó.
Todo lo que el pueblo iraquí quiere son momentos de paz, ya que la gente está cansada de los ataques y la presión diaria.
La organización pide oraciones a todos los cristianos de todo el mundo para unirse e interceder por sus hermanos iraquíes que tanto necesitan sentir el amor y el cuidado del cuerpo de Cristo.
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