Richard Haass, presidente del Council on Foreign Relations, pide a la Administración Trump que no abandone a sus aliados en Siria y desarrolle una estrategia que le permita librar con éxito la larga guerra contra el terrorismo.
Poner fin a la presencia de EEUU en Siria es una mala idea. Las tropas norteamericanas han procurado un valioso apoyo (también de inteligencia) a las fuerzas locales kurdas en la lucha contra el ISIS y hasta han entrado ocasionalmente en combate. Una retirada norteamericana conferiría una victoria estratégica al abominable régimen de Bashar al Asad, a sus patronos (Irán y Rusia) y al propio ISIS, pues le daría una oportunidad de recuperarse.
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EEUU necesita una estrategia no de salida sino de permanencia. El compromiso ha de mantenerse mientras el ISIS y grupos similares sigan presentes o hasta que las fuerzas locales tengan la voluntad y las capacidades necesarias para contenerlos por sí mismas.
En la revista Time, Brandon Silver, del equipo legal de Raif Badawi, y Evelyne Abitbol, cofundadora de la Raif Badawi Foundation for Freedom, inciden en la tremenda paradoja de que el gobernante de facto de Arabia Saudí, Mohamed ben Salman, sea celebrado como reformista mientras languidece en prisión el propio Badawi, bloguero liberal, por defender ideas idénticas y piden al primero que demuestre su compromiso aperturista liberando al segundo.
“Queremos llevar vidas normales, vidas en las que nuestra religión y nuestras tradiciones se muevan hacia la tolerancia”. “Para mí, el liberalismo significa, simplemente, vive y deja vivir. Es un eslogan espléndido”.
¿Quién podría imaginar que proclamas igualmente conciliadoras tuvieran consecuencias tan divergentes? Pero el caso es que, en Arabia Saudí, el autor de la primera es celebrado como reformista y el segundo, acosado por radical.
De hecho, quien dijo la primera frase es el príncipe heredero, Mohamed ben Salman, y quien dijo la segunda es el bloguero preso Raif Badawi.
Nacidos en años consecutivos, estos ‘millennials’ han dado expresión a ideas y valores de una generación joven, empoderada por la era digital, implicada en un mundo globalizado e insensible a la ortodoxia religiosa de cierta élite clerical.
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(…) [la liberación de Badawi] tendría una repercusión global positiva, y daría fe de la autenticidad de las reformas [de Mohamed ben Salman].
(…) Cuando revele su lista de indultados por el Ramadán, el príncipe heredero debería aprovechar la oportunidad para dar un impulso a su agenda –tanto dentro como fuera de Arabia Saudí–, liberar a Raif Badawi y permitirle reunirse con su mujer, Ensaf, y sus hijos –Nayua, Terad y Miriam– en Quebec, Canadá.
Romany Shaker, de la Foundation for Defense of Democracies (FDD), escribe sobre los resultados de las presidenciales egipcias, en las que el hombre fuerte del país, Abdelfatah al Sisi, habría obtenido el 97% de los votos, y sobre el mensaje de felicitación que le envió por ello el presidente de EEUU, Donald Trump, que ha suscitado críticas entre quienes denuncian la naturaleza dictatorial del régimen del general egipcio.
El presidente hace lo correcto al reconocer el rol de Egipto como socio estratégico a la luz de los compromisos compartidos en la lucha contra el terrorismo, pero debería urgir consistentemente a Sisi a proteger los derechos humanos de todos los egipcios y permitir a sus conciudadanos el ejercicio de sus derechos democráticos en un marco constitucional. Estos no son sólo valores y derechos fundamentales, sino elementos críticos para la estabilidad y prosperidad de la más populosa nación árabe. EEUU debería asimismo insistir en la importancia del respeto a la duración de los mandatos, en vista de los planes de reforma constitucional para prolongar el de Sisi más allá de los ocho años actualmente permitidos.
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Fuente: El Medio
