El canadiense de origen libanés Fred Marún escribe esta columna con motivo del 50º aniversario de la más famosa guerra árabe-israelí, en la que hace una dura crítica a los enemigos del Estado judío.
Estoy contento por mis amigos judíos, pero al mismo tiempo, como árabe, estoy avergonzado. No por que perdimos. Merecíamos perder, y no puedo ni pensar en las masacres que se habrían perpetrado si hubiéramos ganado. Estoy avergonzado porque nosotros comenzamos la guerra, en primer lugar. Una guerra innecesaria 19 años después de otra igual de innecesaria que también perdimos.
(…)
Me avergüenzo de que nunca hayamos hecho a Israel una oferta completa y creíble de paz. Me avergüenzo de que, aún hoy, 69 años después de nuestra primera guerra contra Israel, sigamos utilizando a los palestinos como peones de nuestra guerra de odio.
(…)
Así pues, a mis amigos judíos, en el quincuagésimo aniversario de la Guerra de los Seis Días, les digo que tienen mucho de lo que estar orgullosos, no solo por esos seis días, sino por todo lo que vuestro pueblo hizo antes y después. Todo el odio del mundo no puede acabar con ese orgullo.
El exembajador israelí Zalman Shoval ataca en esta pieza algunas ideas muy extendidas sobre el conflicto palestino-israelí y la Guerra de los Seis Días.
La captura de territorio más allá de la arbitraria Línea Verde, trazada en 1949, se le llame “ocupación” o “liberación”, fue (…) resultado de una acción defensiva a la luz de las leyes internacionales, no un acto de agresión o “imperialista” (…)
(…) Por alguna razón, la idea de un intercambio de territorios como parte de un acuerdo de paz se ha convertido en algo supuestamente obvio, dado que el debate se centra en torno a porcentajes más que a principios. (…)
(…) no hay precedente de algo así en ningún sitio. ¿Dónde está escrito que la víctima de la agresión debe ‘compensar’ al agresor concediéndole territorio (…)? ¿Recibió Alemania tierras polacas en 1945 por el territorio que había perdido durante la II Guerra Mundial? (…) como el izquierdista Shaul Arieli explicó en un artículo en ‘Haaretz’, un intercambio de territorio de la magnitud que se está discutiendo exigiría entregar tierras de docenas de comunidades israelíes dentro de la Línea Verde. ¿Apoyaremos eso también?
Shaul Shay, del International Policy Institute for Counter-Terrorism, escribe sobre los paralelismos entre los últimos atentados islamistas registrados en el Reino Unido y en Egipto y propone que se refuerce la colaboración con varios de los regímenes de Oriente Medio.
A pesar de la distancia geográfica (…), tienen mucho en común. Son un reflejo del creciente problema global del terrorismo islámico, que supone un desafío a los musulmanes, así como al mundo occidental.
Occidente necesita implantar una estrategia de tres niveles que implique un combate firme contra los grupos radicales islamistas en suelo occidental; dar asistencia económica y de seguridad a los regímenes moderados suníes como los de Egipto y Jordania para mantener su estabilidad y ayudarlos en la lucha contra el islam radical en casa y en el exterior; y un esfuerzo combinado militar, diplomático y económico para rehabilitar a los Estados fallidos como Libia y el Yemen, evitando así que se conviertan en caldo de cultivo para grupos terroristas.
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Fuente: El Medio
