Pese a que ha circulado profusamente la especie de que la activista saudí por los derechos humanos ha sido decapitada, lo cierto es que sigue presa, sin acceso a un abogado y a la espera de que la Justicia del reino wahabí decida si atiende la petición de la Fiscalía y ordena su ejecución.
Como recuerda The Independent, Israa al Ghomgham, de 29 años, fue detenida –junto con su marido, Musa al Hasem– en diciembre de 2015 bajo la acusación de organizar protestas antigubernamentales en la provincia oriental de Qatif, donde se concentra buena parte de la minoría chií del reino, objeto de discriminaciones de todo tipo.
El caso de Ghomgham, verdadera prueba de fuego para el proyecto reformista del príncipe heredero Mohamed ben Salman (MbS), gobernante de facto de Arabia Saudí, podría quedar zanjado en una audiencia prevista para el mes de octubre.
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Fuente: El Medio
