Jelila es una cristiana perseguida que vive en el norte de Irak, donde las antiguas raíces de la fe cristiana están en juego, según Global Christian Relief.
La organización explica que, en 2002, había 1,5 millones de cristianos en el país, pero este número se ha reducido a menos de 150.000 debido a la guerra, el extremismo musulmán, los desplazamientos forzados y la inestabilidad económica.
Pero, un remanente fiel optó por permanecer en el área para asegurar la supervivencia de la Iglesia a pesar de la discriminación y persecución religiosa. Jelila es parte de ese remanente.
La anciana dice que se mantiene firme en su fe en Cristo y relata el momento en que el Estado Islámico invadió el pueblo donde vivía.
‘La Biblia es la luz del universo’
Jelila recuerda que solo tuvo unos segundos para escapar del terror inminente. Sin tiempo para empacar, huyó con su posesión más preciada: su Biblia.
“Tomé la Biblia. La besé y me puse a rezar”, dijo, subrayando que es necesario rezar a Dios para que ilumine el corazón de los perseguidores, para que también ellos encuentren la fe.
La anciana no fue atacada por los soldados, por lo tanto, se libró de daños físicos. Pero, ella perdió todo lo que tenía de posesiones materiales. Más tarde, cuando regresó a casa, se enfrentó a la tragedia.
“La casa fue destruida por el Estado Islámico y nos quedamos sin nada. Sin embargo, alabé a Dios por proteger a mi familia”, dijo emocionada.
Hasta el día de hoy, Jelila dice que nunca sale de casa sin su Biblia: “Es el alimento de mi alma, es todo lo que tengo, es la luz del universo”, dijo al referirse a las Escrituras.
‘Restaurar la iglesia a su antigua gloria’
Incluso frente a las dificultades y viviendo en un lugar donde el cristianismo es fuertemente hostil, Jelila afirma tener el perdón en su corazón. Ella no condena a los terroristas por lo que hicieron, por destruir su hogar y su aldea.
Jelila dice que ora por ellos para que Dios toque sus corazones y los atraiga a Jesucristo. Global Christian Relief pide oraciones por los cristianos perseguidos en Irak: “Padre celestial, restaura la iglesia a su antigua gloria. Deshaz los años de terror con el toque de Su poderosa mano. Llevar al pueblo iraquí a la salvación en Jesucristo”.
La organización destacó que el testimonio de Jelila ha inspirado a muchos a aferrarse a la palabra de Dios en tiempos de angustia y también a perdonar a los enemigos. “Oren por Jelila y oren por todos los cristianos iraquíes”, concluyó.
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