El niño Brenden, de 9 años, de Estados Unidos, se convirtió en un milagro de Dios al sobrevivir a un paro cardíaco 20 minutos después de ser atropellado por una minivan en la calle. Los padres, Jennifer y Richard Scott, compartieron el increíble testimonio con CBN News.
Brenden cruzaba la calle desde su casa hacia la residencia del vecino, cuando un automóvil lo atropelló a 72 km / h, lanzándolo a 25 metros. La madre recuerda: “Los dos oímos chirriar los neumáticos”. “Así que me di la vuelta y miré, y Brenden estaba tirado en el camino. El primer pensamiento fue el miedo ”, agregó el padre.
Corriendo hacia su hijo, encontraron a Brendan con los ojos abiertos pero inconsciente y la sangre brotando de sus oídos. “Su cuerpo se veía muy retorcido. Inmediatamente pensé que estaba muerto ”, dijo Jennifer.
Richard recuerda haberle dicho a su hijo que Dios siempre estaba con él y que debía seguir luchando. La madre clamó al Señor: “Dios, por favor, no te lleves a mi bebé”. Después de llamar al 911, Jennifer envió un mensaje de texto a la cadena de oración de su iglesia diciendo: “Oraciones. Brenden ”.
Inmediatamente, los hermanos comenzaron a responder: “Orando”. “Realmente me invadió la calma, porque sabía que Dios estaba obrando”, reveló la madre.
El niño fue llevado al hospital con las dos piernas y la mandíbula rota. También sufrió una hemorragia cerebral, tenía un pulmón perforado y un bazo roto. Lo más preocupante de su estado era el sangrado del hígado.
“Estaba en un estado desesperado y la clave era llegar al quirófano, meterse en su abdomen e intentar detener la hemorragia”, explicó el Dr. Stephen Guertin, uno de los varios médicos que atendieron al niño.
Brenden fue al quirófano y los padres debían poner su fe en Dios. “Definitivamente estaba asustado. Tuve que confiar en el Señor para obtener fuerza ”, informó Richard. Jennifer recordó cómo la pareja rezaba para tener hijos y que su primogénito ya era un verdadero milagro. “Sabía que Brenden era mi hijo milagroso cuando lo concebí, y que experimentaría aún más milagros”, dijo.
Mientras tanto, los médicos lucharon por detener el sangrado cuando el corazón del niño dejó de latir. “De hecho, se desangró hasta morir en el quirófano. No había más sangre en su corazón. Y luego, el cirujano literalmente tomó el corazón en sus manos y cuando el corazón comenzó a llenarse, comenzó a apretar ”, informa el Dr. Guertin.
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