Ex-lesbiana: “mis Ojos Espirituales Fueron Abiertos”

 

Un testimonio en vídeo se viralizo esta semana por presentar la historia de una joven que cuenta cómo Dios la rescató del estilo de vida homosexual que habia estado llevando. Publicado por el Ministerio AnchoredNorth , cuenta la historia de Emily Thomes.

 

A los 15 años, ella comenzó a salir con otra chica. Criada en una familia cristiana, inmediatamente se enfrentó a varios cuestionamientos de amigos y, sobre todo, de la familia. Su opción, admite, fue repetir las mentiras y distorsiones de las Escrituras que oía para justificar su comportamiento, aunque supiera que contradecía lo que había aprendido desde la infancia.

 

“Si usted es un cristiano verdadero, me apoyaría”, Emily solía decirle a quien la criticaba. A los que intentaban usar la Biblia, la respuesta era algo como “Usted es legalista y necesita releer lo que Dios realmente dice”, “No juzguen”, o “Dios es amor”.

 

Hasta los 20 años habia vivido diferentes relaciones con  mujeres. Llegó a vivir con una por bastante tiempo. Sin embargo, las cosas cambiaron a los 22, cuando fue invitada por su tía para un estudio bíblico. “Yo esperaba que si ellos me criticaban, entonces lo usaría como justificación para no volver, así que estube de acuerdo en ir”, revela.

 

Pero ella no escuchó críticas ni acusaciones, sólo testimonios de gracia divina. A medida que las mujeres allí compartían sus propias experiencias con Dios, Emily empezó a percibir que nunca había vivido nada de eso y luego se molestó. “Yo no podía parar de pensar: ‘y si todo eso es verdad?’ “, Recuerda. Incluso que si se convertia en  una cristiana, no sentía deseo sincero de conocer a Dios y su Palabra.

 

Pero acabó volviendo al estudio en las semanas siguientes. La incomodidad crecía dentro de ella. Un día, decidió buscar sola lo que la Biblia decía sobre la homosexualidad. Cuando llegó en el texto de 1 Corintios 6: 9-10 quedó asustada. El pasaje dice: “¿No sabéis que los injustos no heredarán el reino de Dios? No erreis,  ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los efeminados, ni los que se echan con varones, ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los estafadores, heredarán el reino de Dios.

 

La joven dice que por primera vez sintió todo el peso de la condena. Luchando contra la idea de que podría no heredar el reino que siempre había oído hablar, cuando se encontró con ese  versículo. Para Emily, fue como si Dios, de repente, le abría los ojos: “Y esto erais algunos, mas ya habeis sido lavados; ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios (1 Co 6:11).

 

Pidió entonces que Jesús la lavase de sus pecados. “Yo sabía que Dios podría hacer eso en mí, y que yo necesitaba eso. Podría seguir viviendo de la misma manera y rechazar a Dios, o podría pedir ayuda … Yo sabía que no iba al cielo, estaba todo claro delante de mí, era blanco y negro.

 Yo había distorsionado ese pasaje antes, debati sobre su significado con los demás. Yo decía que la gente sólo me juzgaba … Pero ese día, era como si mis ojos  realmente fueran abiertos. “Me impresionó la gracia que él me mostró”, recuerda.

 

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 Después de aquella experiencia, Emily cambió de vida.  Hoy es feliz en una relación heterosexual con Benjamín, en un matrimonio que sigue los principios bíblicos.

 

 Dios me ha dado un corazón para Él y Su Palabra y Su pueblo. Actualmente, voy a la escuela para ser una Consejera Bíblica, para poder llegar a tantas personas como Él ponga en mi camino. Quiero decir la verdad sobre algunos de los problemas más difíciles a los que nos enfrentamos hoy.

 

También me dio el deseo de ser una esposa piadosa y un día, si Dios quiereun dia sere una madre. Me casé el 9 de abril con el hombre más piadoso que he conocido. Juntos hemos podido presentar el evangelio y servir y enseñar a otros.

 

Nunca pense en llevar la vida que tengo hoy. Es algo mucho más grande de lo que podría haber imaginado. Estoy eternamente agradecida por la misericordia que me ha mostrado al sacarme de ese camino y ponerme en su camino.

Él me mostró su verdad, y es mejor. Dios es más grande, y Él es mejor que cualquier comportamiento pecaminoso. Él es suficiente.

 

Fuente: Ante el Peligro de Apartarse de Dios

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