Luego de atravesar por problemas familiares, lidiar con adicciones a las drogas y el tormento de espíritus inmundos, esta mujer decidió entregar su vida a Dios.
Jenny Weaver creyó que adentrarse en el mundo de la brujería sería igual de divertido que como se muestra en las películas. Comprobó que esto era una mentira cuando el las situaciones por las que pasó la hicieron querer morir.
Para esta chica, todo comenzó como un simple juego que con el tiempo se convirtió en un terrible tormento.
«Estaban pasando cosas. Estaba moviendo cosas», dice Jenny. «Subía a un cajón para abrir un cajón y antes de que mi mano siquiera lo tocara, el cajón hacía ‘shhew’ y se abría».
«Las luces estallan y se rompen cuando empezábamos a hablar sobre el reino demoníaco, el vidrio caía sobre nosotros», agregó.
Finalmente, aquello pasó a ser algo más siniestro; algo para lo que no estaba preparada.
Weaver creció en Florida junto a sus 7 hermanos, en un hogar con padres abusivos y asistiendo a una congregación donde le presentaban a un Dios enojado y preparado para enviar a los pecadores al infierno.
«Siempre pensé que Dios estaba decepcionado de mí. Dios está molesto», dice la ex-bruja. «Entonces, estaba realmente lleno de vergüenza y condena».
Cuando tenía solo 13 años, su padre se fue de la casa, dejándola a ella, su madre y sus hermanos en estado de indigencia.
«Entonces, ni siquiera debo ser lo suficientemente digna para ser amada, para ser pensada, para ser cuidada… Ni siquiera deberías estar vivo. ¿Por qué estás aquí?», pensó. «Sería mejor si simplemente se suicidara».
Toda esta situación la llevó a sentirse impotente y sin amor, por lo que comenzó a fumar marihuana. Posteriormente vio una película sobre brujas adolescentes, lo que le dio una nueva perspectiva de manejar su vida.
Empezó a leer libros sobre brujería, wicca y otras prácticas oscuras; probando algunos hechizos con amigos.
«La religión wicca es, ‘Haz lo que quieras, pero no hagas daño a nadie’», dice Jenny. «Es como, ‘Oh, es la bruja buena’. Sentí que tenía poder… Y, entonces, estoy viendo esto como, ‘Oh, esto es lo más asombroso que jamás haya existido’».
Tras una fuerte discusión con su madre y caer en drogas más fuertes, llegando a perder el conocimiento por varios días, Weaver se mudó con una miga proveniente de familia de brujas.
Su nueva compañera le mostró cosas que pensaba que eran inofensivas, pero que la llevaron a abrir una puerta a las tinieblas.
«Sentirías que los espíritus demoníacos literalmente pasan a tu lado como si un ser humano pasara a tu lado», explicó ella.
«Tocándote. Raspando la pared. Pasó de, ‘Oh, esto va a ser muy divertido’, ‘Te voy a estrangular hasta que mueras. Voy a quitarle la vida’. Todo el tiempo. Constantemente atormentado», agregó.
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Un día, rodeada de mucha desesperación, dolor y frustración, decidió clamar al Señor por su ayuda, ya que sentía que no podía más.
«Me caí de rodillas y grité tan fuerte como pude, ‘Dios, ¡ayúdame!’», dice la ex-practicante de artes diabólicas. «Y fue como el grito más fuerte y más largo. Recuerdo como gemir, ‘Ohhhh, por favor’. Y no vi un rayo, no vi nada de eso, pero sentí una paz».
«Y esa fue la primera vez que sentí que el Señor me decía en mi corazón, en mi corazón, ‘Te voy a ayudar. Te voy a ayudar’», añadió.
Sorprendentemente, desde allí todo fluyó bien para ella, fue a prisión y posteriormente liberada, estaba dejando las drogas y comenzó a asistir a una iglesia.
Si bien aún habían cosas a las que debía renunciar y morir de su vida pasada, todo se presentó el día de su liberación final.
Durante un servicio de liberación en su iglesia, una mujer allí presente la guió para que renunciara a la brujería.
«Yo decía, ‘Renuncio’, y si intentaba decirlo al principio, era como ‘Wwww’ y no me dejaban», recuerda Jenny. «Era como si mi boca estuviera, ni siquiera podía entender las palabras, y ellos decían, ‘Rrrr, no nos vamos, no nos vamos, no’. Y maldecían y escupían», explica haciendo referencia los demonios, de los que luego fue libre.
Aunque atravesó muchas adversidades y reconoce que rechazó a Dios, comprende que su amor la alcanzó y la hizo su hija.
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Fuente: Biblia Todo
