El Instituto Cristiano de Reino Unido asegura que interpondrá acciones legales si el gobierno prohíbe la oración como parte de la prohibición de la «terapia de conversión».
El Instituto señala que no se niega a una prohibición que proteja a las personas de prácticas nocivas de tipo pseudomédico. Sin embargo, advierte que si la restricción se amplía y se incluye la oración, la predicación, el trabajo pastoral y la crianza de los hijos, se violarían los derechos de los cristianos.
La terapia de conversión se fundamenta en el intento de hacer que alguien cambie ya sea su orientación sexual o su identidad de género, y el gobierno dice que pretende prohibir esta práctica.
El especialista en derechos humanos Jason Coppel QC, en un consejo escrito para el Instituto Cristiano, sostiene que las definiciones de terapia de conversión planteadas por los activistas penalizarían la expresión legítima de las creencias religiosas.
Coppel afirma que el evangelismo, la pertenencia a una iglesia, el bautismo, la comunión e incluso la oración privada se verían afectados por una ley amplia de terapia de conversión, como una ley similar aprobada recientemente en Victoria (Australia).
El debate sobre las terapias de conversión ha generado conflictos entre los activistas LGBT+ y los cristianos conservadores. El mes pasado, el Primer Ministro, Boris Johnson, escribió a la Alianza Evangélica, un grupo de presión cristiano conservador que representa a 3.500 iglesias, garantizando que el apoyo pastoral a quienes exploran su orientación sexual, incluida la oración, seguiría siendo legal en cualquier prohibición de la terapia de conversión.
El Instituto Cristiano ha dirigido una carta a la Ministra de Igualdad, Liz Truss, manifestando que todo intento de incluir en la prohibición «las actividades cotidianas de las iglesias» supondría una violación de la legislación sobre derechos humanos:
«El consejo de Jason Coppel confirma que las creencias cristianas sobre la sexualidad están protegidas por la ley de derechos humanos. Puede que no estén de moda, pero eso no significa que se puedan prohibir. Es chocante ver cómo los activistas intentan utilizar como arma la narrativa del «daño» para justificar la opresión de las comunidades religiosas conservadoras con una prohibición que afecta a su oración, predicación, pastoreo y crianza de los hijos».
Prayer ban would breach human rights, says Christian Institute https://t.co/YZedjxTmuX
— Premier Christian (@PremierRadio) May 6, 2021
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Fuente: Biblia Todo
