Los mandatarios de los países árabes han comenzado su ronda de visitas a la Casa Blanca para entrevistarse con el nuevo presidente estadounidense. Eyal Zisser, de la Universidad de Tel Aviv, resalta la inexistencia de una posición común en el mundo árabe sobre asuntos de gran importancia, lo que otorga mayor importancia al papel de Israel en la región.
Los líderes árabes que visitan a Trump esta semana lo hacen inmediatamente después de asistir a la cumbre de la Liga Árabe en Jordania. Tras años de parálisis, resultado de la Primavera Árabe y el colapso de varios Estados árabes, el mayor logro de la cumbre fue el hecho de que al menos tuvo lugar.
Pero que los líderes árabes asistieran a la cumbre no significa que hayan adoptado un enfoque unificado ni, mucho menos, que hayan alcanzado algo parecido a un genuino acuerdo sobre los asuntos en cuestión. Los Estados árabes discrepan sobre Siria, Irak y el Yemen, y les cuesta formular una posición común sobre Irán. Como resultado, los participantes en la conferencia prefirieron hablar abiertamente sobre el único asunto en el que están todos de acuerdo: la cuestión palestina.
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La combinación de un nuevo jefe en la Casa Blanca y los levantamientos en el mundo árabe, junto con los retos a que se enfrentan países como Egipto y Jordania, es lo que garantiza un nuevo inicio en las relaciones palestino-israelíes sobre la base de una cooperación más intensa de Israel con los árabes.
Richard Kemp, coronel retirado del Ejército británico y veterano de Afganistán, censura las palabras de esta conocida política del Reino Unido, miembro de la Cámara de los Lores, en contra de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF).
Warsi disculpa al Estado Islámico y a los musulmanes que dejan Gran Bretaña para asesinar y violar (…) mientras condena a las IDF y a los judíos británicos que sirven en sus honorables filas.
Viniendo de la parlamentaria musulmana más prominente, hará que los yihadistas islámicos huelan la sangre. Esto animará a los musulmanes británicos a unirse a los grupos terroristas y reforzar el Estado Islámico. Al repetir la mentira de que Israel cometió crímenes de guerra en Gaza, valida la estrategia de los escudos humanos de Hamás y anima a más violencia y asesinatos. [Warsi] tiene las manos manchadas de sangre.
Aborrezco y rechazo las despreciables acusaciones de Sayida Warsi. Al contrario que esos valientes hombres y mujeres judíos, ella nunca se ha puesto en peligro por su país, no entiende las depredaciones de nuestros bestiales enemigos del Estado Islámico ni la rectitud de nuestros aliados en las IDF.
Jacob Kamaras, del Jewish News Service, destaca en este artículo el momento especial que se vive en Oriente Medio, propicio para un estrechamiento de las relaciones de Israel con sus vecinos árabes. Sin embargo, advierte, el asunto palestino sigue siendo un obstáculo esencial.
En sus recientes declaraciones en la conferencia política de Aipac [Comité de Asuntos Públicos Estados Unidos-Israel, por sus siglas en inglés], el líder israelí Benjamín Netanyahu dijo que los peligros comunes a los que se enfrentan Israel y sus vecinos árabes ofrecen una “rara oportunidad” para construir un futuro más pacífico y seguro en Oriente Medio.
La comunicación secreta con Estados suníes del Golfo como Arabia Saudí ha sido bien documentada –especialmente desde la emergencia del acuerdo nuclear con Irán–. Además de enfrentarse a Irán y a sus aliados –incluidos el grupo terrorista Hezbolá en el Líbano y Siria y los rebeldes huzis en el Yemen–, el Estado judío y el mundo árabe también tienen un común interés en luchar contra el ISIS.
(…)A pesar del alineamiento de los intereses israelíes y árabes, el conflicto palestino-israelí sigue siendo el proverbial elefante en la habitación, y un acuerdo en este frente es visto mayoritariamente como un elemento necesario para un gran acuerdo regional de paz.
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Fuente: El Medio
