Dennis Ross, enviado especial para Oriente Medio del presidente Bill Clinton, cree que podría relanzarse el proceso de paz israelo-palestino si se lo enmarca en una política de reacercamiento norteamericano a los países árabes amenazados por el expansionismo iraní.
Benjamín Netanyahu puede justificar ante su pueblo y su Gobierno un acercamiento a los palestinos si puede obtener algo [de los Estados árabes], y especialmente de los saudíes; [si puede mostrar que] la región está respondiendo a Israel. En cuanto a Mahmud Abás, los árabes pueden asumir la responsabilidad por los pasos que dé. El problema es que los árabes, y en especial los saudíes, no están ansiosos por desempeñar ese papel. (…)
[De ahí que sea necesario] lo que podríamos denominar una ‘vinculación inversa’: no será mediante la cuestión palestina que los saudíes se aproximen a EEUU; (…) será [mediante] la disposición de EEUU a hacer frente a la amenaza de Irán en la región (…) Sí, los saudíes aún necesitarían gestos israelíes hacia los palestinos para explicar su compromiso con Israel ante su sociedad y ante la de otros países árabes, pero [la auténtica fuerza motivadora] para ellos sería ver que EEUU va en serio, en los hechos, no sólo en el ámbito de la retórica, en lo relacionado con limitar las maniobras desestabilizadoras de Irán en la región.
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Los saudíes y otros [actores árabes] (…) podrían unirse a EEUU y presionar [a la Autoridad Palestina] para que deje de tratar de deslegitimar a Israel en los foros internacionales y de conceder subsidios preferentes a las familias de quienes están implicados en la violencia contra los israelíes; y para que reconozca que hay dos movimientos e identidades nacionales –judíos y palestinos–, que es por lo que debe aceptar dos Estados para dos pueblos.
En Al Arabiya, el escritor saudí Fahad Suleimán Shoqirán se muestra alborozado por el anuncio de que sus compatriotas femeninas podrán conducir y enmarca la decisión de las autoridades en un gran proceso de cambio de la sociedad y el régimen saudíes.
El pasado martes marcará un hito en la historia de Arabia Saudí; no sólo por el anuncio de que se permitirá conducir a las mujeres, sino por el mensaje que el decreto real envía al pueblo saudí y al mundo.
En el mundo hay una creciente sensación de que Arabia Saudí se ha embarcado en una nueva fase modernizadora basada en la actividad y las necesidades de la sociedad. (…)
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Este proceso de modernización es consistente con los enfoques culturales y religiosos saudíes y forma parte de los esfuerzos por establecer una nueva realidad social, en la que los políticos puedan cambiar las convicciones e ideas de la sociedad.
En The Weekly Standard, Lee Smith sostiene que EEUU saldría muy beneficiado con la emergencia de un nuevo actor estatal aliado en la zona.
Funcionarios (…) del Gobierno Regional del Kurdistán anunciaron el miércoles que [la independencia] arrolló en el referéndum de la semana pasada. Con una participación del 72% de los más de 4,5 millones de votantes convocados, casi el 93% votó a favor de que se cumpla el ancestral sueño kurdo de independencia. Aun así, la votación no era vinculante y numerosos analistas creen que el referéndum ha sido esencialmente un elemento de canje para que el GRK obtenga mejores condiciones del Gobierno central iraquí, ya sea más poder para los kurdos en Bagdad, más autonomía para el propio GRK o quizá, finalmente, la independencia.
(…) insistir en que el Kurdistán iraquí siga siendo parte de un Irak bajo control de los IRGC [Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Iraní] [significa] renunciar a un (…) valioso activo proamericano y proisraelí en la lucha contra Irán. A la inversa, apoyar un Kurdistán iraquí independiente haría avanzar la liberación norteamericana de las desastrosas políticas proiraníes que la Administración Trump heredó de su predecesora.
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Fuente: El Medio
