Buscar la paz no como corderos sino como leones

El escritor y académico Gil Troy se hace eco en el Jerusalem Post de las tesis defendidas por Daniel Pipes en su muy comentado artículo “El camino a la paz: que gane Israel y pierda Palestina”, publicado en tres entregas en Revista El Medio.

[Pipes recoge] dos normas de la guerra tan convencionales que se han convertido en clichés: “El botín pertenece al vencedor” y, como dijo Dwight Eisenhower, “en una guerra no hay sustituto para la victoria”. Israel debe hacer lo que hacen los vencedores, dice Pipes, y acabar con las esperanzas palestinas de destruirlo. Solo sintiéndose derrotados aceptarán finalmente los palestinos a Israel.

(…)

La Historia enseña que el miedo y la desesperación impuestos por demócratas victoriosos a agresores autoritarios puede llevar a la paz. Ocurrió con los nazis y los japoneses después de la II Guerra Mundial. Hemos fracasado en hacer la paz como corderos, por lo tanto actuemos nuevamente como leones.

Vish Shakthivel, del Washington Institute, aboga en este trabajo por que EEUU preste atención al país norteafricano, que celebra el 4 de mayo unas importantes elecciones legislativas.

La Administración Trump tiene varias opciones para ayudar al país a minimizar sus problemas con la radicalización del terrorismo. Una de las vías importantes para este tipo de compromiso es Flintlock, el ejercicio militar de tres semanas que organiza cada año el comando africano de EEUU (Africom), con la participación de dieciséis Estados de la región.

En términos de apoyo económico, Washington ya tiene programas establecidos para ayudar a Argelia. La Iniciativa de Colaboración en Oriente Medio del Departamento de Estado y un puñado de ONG financiadas por EEUU han estado proporcionando oportunidades educativas en el sur, establecido centros para combatir el desempleo y facilitado intercambios culturales entre los jóvenes del Norte y del Sur.

Jack May publica en Fathom una reseña de un paper de Alon Levkowitz, del Begin-Sadat Center for Strategic Studies, sobre las maniobras de la dictadura norcoreana en Oriente Medio a través de su alianza con Irán.

Corea del Norte puede facilitar las aspiraciones de Irán sobre armas nucleares. La cooperación misilística entre ambos países se remonta a la guerra Irán-Irak, cuando Corea del Norte ayudó al desarrollo de los misiles iraníes ‘Shahab-1’. (…) El acuerdo [nuclear de 2015] con Irán ha dado vigor a esa relación. (…)

Irán ha modificado misiles balísticos de Corea del Norte para que porten cabezas nucleares. Parece que las garantías iraníes de no contemplar aplicaciones nucleares deben mirarse con escepticismo, especialmente cuando recientes informes indican que Corea del Norte puede proporcionar a Irán materiales para miniaturizar ojivas nucleares al objeto de que sean utilizadas en misiles balísticos (…).

El armamento norcoreano [también] proporciona a Hezbolá y Hamás capacidad militar para atacar a Israel. En 2014, un juez federal de EEUU determinó que Corea del Norte fue legalmente responsable de las víctimas de la Segunda Guerra del Líbano, en 2006, debido al “armamento avanzado, asesoramiento experto y asistencia en la construcción” que proporcionó a Hezbolá. Durante la operación Marco Protector de 2014, Hamás intentó negociar un acuerdo armamentístico con Corea del Norte por valor de cientos de miles de dólares. Hezbolá ha recibido entrenamiento en Corea del Norte y se sospecha de su asistencia técnica en la construcción de la red de túneles de Hamás en Gaza.

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Fuente: El Medio

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