Syria Report denuncia en este editorial el ataque con gas sarín perpetrado el martes por las fuerzas del dictador sirio en la provincia de Idlib y atribuye gran parte de la responsabilidad por la situación en siria a la política de Obama sobre el conflicto.
El ataque ocurrió el día en que la Unión Europea albergaba en Bruselas una gran conferencia internacional de recaudación de fondos para Siria –que inicialmente iba a centrarse en la reconstrucción (…)– y la Administración estadounidense enviaba señales contradictorias sobre su política hacia el presidente sirio, Bashar al Asad.
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Cuanto más se publicita el ataque, más resulta humillado Occidente, de ahí el momento elegido para [lanzarlo], mientras se producía la conferencia de Bruselas. (…)
Desde que el presidente estadounidense Barack Obama dio luz verde, en septiembre de 2013, Asad supo que un ataque a gran escala contra civiles sería un lastre para las relaciones públicas pero un activo político a largo plazo.
En los próximos meses, si Occidente no se muestra dispuesto a acceder a las demandas del régimen, cabe esperar la comisión de espectaculares matanzas.
La referida matanza de civiles por parte de las fuerzas de Asad ha puesto nuevamente sobre el tapete la necesidad de actuar en Siria. El vicerrector de la Universidad de Tel Aviv, Eyal Zisser, cree que es el momento de que el presidente estadounidense dé un paso adelante y lance un aviso a las potencias desestabilizadoras de Oriente Medio.
Varios factores son responsables de las muertes en Siria. Uno de ellos es la Administración del anterior presidente de EEUU, Barack Obama, laureado con el Premio Nobel, que firmó un acuerdo controvertido con el dictador sirio cuatro años atrás. El acuerdo garantizó a Asad inmunidad por el uso de armas químicas, que supuso la muerte de miles de personas de su propio pueblo; le aseguró asimismo inmunidad ante cualquier ataque militar futuro (…) y, al final, no hizo nada para evitar que [el dictador sirio] mantuviera algunas de las armas químicas a su disposición.
Pero Obama es el pasado. Ahora hay un nuevo presidente en la Casa Blanca: Donald Trump.
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Pero es vital recordar que el asunto ahora no es solo el destino de Asad o la lucha contra el Estado Islámico, sino la cuestión de la posición global de EEUU. No solo Moscú y Damasco están esperando a ver cómo responde la Administración Trump a las acciones del régimen sirio. Los líderes de Corea del Norte e Irán están también siguiendo con interés la respuesta de EEUU, y si se percibe como débil y vacilante, o incluso aislacionista y elusiva de su deber como el líder del mundo libre, Washington pagará el error, no sólo en Siria y Oriente Medio, también en el resto del mundo.
Nota: este artículo se escribió y publicó antes de que Trump ordenara bombardear la base aérea desde la que partieron los aviones que perpetraron la matanza de Idlib.
Danny Danón, embajador israelí en la ONU, llama a la comunidad internacional a que, de una vez, normalice su relación con el Estado judío.
(…) Israel se ha fijado el objetivo ambicioso de obtener uno de los tres puestos no permanentes [reservados a la región “Europa Occidental y otros grupos”] en el Consejo de Seguridad en 2019. Para ello tendremos que convencer a dos tercios de los miembros de la Asamblea General de los méritos de nuestra causa.
No nos equivoquemos, somos merecedores tanto como cualquier otra nación de [ejercer] este (…) liderazgo: Israel financia en mayor porcentaje el presupuesto de la ONU que los otros 65 países que aún no han sido integrados en el Consejo de Seguridad juntos. Además, pocos países tienen más experiencia directa de los fracasos de la ONU que Israel, y una conciencia precisa de las posibilidades de que esta organización adopte el camino correcto.
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En los últimos meses han surgido serias dudas sobre la credibilidad de la ONU en general, y del Consejo de Seguridad en particular, dado que continúa su obsesión inextinguible con Israel mientras presta muy poca atención a los otros males del mundo. Al elegir a Israel para el Consejo de Seguridad, los miembros de la ONU harán una fuerte declaración de que finalmente aceptan al Estado judío como un miembro pleno e igual.
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Fuente: El Medio
