El primer ministro sueco, Ulf Hjalmar Ed Kristersson, dijo el jueves que está preocupado por una nueva ola de llamadas para quemar libros sagrados en el país.
Comentó que la policía recibió varias solicitudes de permiso para quemar textos religiosos en la próxima semana.
En sus primeros comentarios públicos desde el inicio de la “crisis del Corán”, Kristersson dijo que los lazos de Estocolmo con las naciones musulmanas se habían dañado gravemente.
Después de la quema del Corán, el activista musulmán Ahmad Alush dijo que le dieron permiso para quemar una Biblia frente a la embajada de Israel en Suecia.
Pero el musulmán dijo que no tenía ninguna intención real de quemar un libro religioso, solo llamó la atención sobre la necesidad de “respetar todas las religiones”.
“Nadie debería hacer eso”, dijo, mostrándose muy incómodo con la quema del Corán. “Quiero mostrar que la libertad de expresión tiene límites que hay que tener en cuenta”, comentó en su momento.
Suecia intenta defenderse
“Es la policía quien toma estas decisiones, no yo. Si se otorgan los permisos, nos enfrentamos a varios días con el riesgo evidente de que sucedan cosas graves”, dijo Kristersson según Religion News.
Recientemente, ha habido una serie de profanaciones públicas del Corán por parte de un puñado de activistas antiislámicos en Suecia. Y más recientemente, en la vecina Dinamarca, ha habido airadas manifestaciones en países musulmanes.
Suecia no tiene una ley que prohíba específicamente quemar o profanar la Biblia, el Corán u otros textos religiosos. El derecho a realizar manifestaciones públicas está valorado y protegido por la Constitución sueca.
La policía generalmente otorga el permiso basándose en la creencia de que una reunión pública puede llevarse a cabo sin mayores interrupciones o riesgos para la seguridad pública.
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