«No aconsejaría [al líder de Hezbolá, Hassan] Nasrallah, que nos vuelva a probar porque nuestra respuesta será desproporcionada a lo que él estima que sucederá», advierte el Brig. general Shlomi Binder, comandante de la División de Galilea de las FDI.
En las últimas semanas, mientras los titulares se han trasladado a otros lugares, las tensiones en el norte no lo han hecho. Durante más de cuatro meses, las FDI han estado en alerta máxima en el sector del Líbano, preparándose para un ataque terrorista prometido por Hezbolá. En dos ocasiones, la organización terrorista intentó atacar objetivos en Israel para vengar la muerte de su operativo en el aeropuerto de Damasco en julio pasado. La primera vez, un escuadrón de terroristas de Hezbolá se acercó al perímetro del puesto de Gladiola en Har Dov y huyó después de quedar expuesto. La segunda vez, un francotirador de Hezbolá intentó disparar a soldados israelíes cerca de Manara, pero falló.
«No recomendaría [al líder de Hezbolá, Hassan] Nasrallah, que nos vuelva a poner a prueba, porque nuestra respuesta será desproporcionada a lo que él estima que sucederá», advierte Brig. El general Shlomi Binder, comandante de la División de Galilea del Comando Norte de las FDI, en una entrevista exclusiva con Israel Hayom. «Estamos bien preparados, incluso para una situación en la que tendremos que luchar durante varios días. Hezbolá pagará un alto precio por ello».
Binder ha tenido muy poco tiempo libre últimamente, trabajando la mayoría de los fines de semana. Ha sido transportado entre las unidades y las fuerzas en tierra para asegurarse de que todos estén listos, aprobando personalmente toda la actividad militar y cada operación. Ha tenido que agotar toda la astucia operativa obtenida como comando desde hace mucho tiempo en Sayeret Matkal para predecir el próximo movimiento de Hezbolá y contrarrestarlo, y al mismo tiempo, preparar la respuesta de las FDI si tal ataque tiene éxito.
El fin de semana pasado también Binder estaba en la base. Entre hablar con sus tropas y visitar un nuevo centro de entrenamiento en su sector, encontró tiempo para una entrevista, la primera en todos sus años en el ejército. «Prefiero hablar menos», explica con una sonrisa.
Binder, de 45 años, está casado con Yael y es padre de tres hijos3. Vive en un moshav en los Altos del Golán. Pasó todo su servicio obligatorio en Sayeret Matkal, la unidad clandestina de recopilación de inteligencia y contraterrorismo de la Dirección de Inteligencia Militar. Antes de ser designado para comandar su unidad original, también comandó Egoz, cuyas misiones involucran la guerra de contraguerrilla. Aquí es donde decidió pasar el resto de su carrera militar en el «gran ejército», en lugar de la inteligencia militar.
Durante su mandato como comandante de Sayeret Matkal, la unidad recibió dos citaciones: por su papel en la detección de túneles de ataque subterráneos durante la Operación Borde Protector, y por otras misiones llevadas a cabo después. Después de completar su comando de tres años de Sayeret Matkal, fue designado para dirigir la Brigada Golani. De allí pasó a estudiar en Washington y luego regresó a Israel hace un año y medio como comandante de la División de Galilea.
Una reorganización del sector
Es muy sensato y calculador. Habla en voz baja, cauteloso con sus palabras. Como se dijo, esta es su primera entrevista y vale la pena escucharla. Binder no es solo uno de los comandantes de campo más excepcionales de las FDI; también es uno de los más sabios. Al hablar con él, uno tiene la impresión de que en este momento delicado, el sector volátil frente a Hezbolá está en buenas manos.
Binder cree que la tensión actual con Hezbolá no está relacionada con el asesinato del operativo de la organización hace cuatro meses. Hezbolá lleva el peso de una larga lista de eventos desafortunados desde su perspectiva de los últimos seis años. Desde los asesinatos de Imad Mughniyeh y Samir Kuntar, hasta su incapacidad para cobrar un precio por la muerte de su pueblo en Siria, hasta el descubrimiento y destrucción de los túneles terroristas que cavó en Israel. «Este fue un duro golpe desde su perspectiva», dice Binder. «Es extremadamente desconcertante cuando se expone uno de sus proyectos estratégicos, que le costó millones de dólares».
P: ¿Nasrallah ha abandonado la idea?
«Se ha detenido. Continuamos monitoreando en todo momento. Por el momento no tenemos conocimiento de nuevos túneles. Pero esto no significa que hayan renunciado a la idea. Por ahora, se han tomado un descanso para calcular un nuevo rumbo «.
P: Se suponía que los túneles les proporcionarían el elemento sorpresa. En su opinión, ¿tienen una alternativa?
«El hecho de que no puedas infiltrarte [Israel] bajo tierra no significa que no puedas infiltrarte por encima del suelo. No hay una barrera impenetrable aquí que no se pueda cruzar. Tienen la intención de que su ataque sea en tierra, como lo han hecho en muchas ocasiones en Siria. Nos estamos preparando para eso «.
P: ¿Pero qué quiere lograr Nasrallah?
«Dos cosas principales: perturbar nuestra propia ofensiva y apoderarse de la tierra. Nuestro trabajo en la División de Galilea es garantizar que tierras vitales, principalmente comunidades, no caigan en manos de Hezbolá».
Este es un desafío complejo. En muchos segmentos de la zona fronteriza, Hezbolá disfruta de una clara ventaja topográfica. Es dudoso que la barrera existente pueda evitar que la organización se apodere de una de las 22 comunidades adyacentes a la frontera o uno de los puestos de avanzada de las FDI construidos originalmente para contrarrestar la amenaza terrorista palestina de la década de 1970, pero no son adecuados para repeler el avance del ejército guerrillero de Hezbolá.
«La forma de evitar esto», dice Binder, «es reorganizando el sector e incorporando todo tipo de potencia de fuego. La ventaja del atacante es obvia, pero el defensor también tiene una ventaja: puede preparar sorpresas y usar subterfugios, y nosotros estamo utilizando cada minuto para hacer exactamente eso. Hezbolá encontrará muchas sorpresas aquí en relación con sus planes, y esto nos permitirá destruirlo de manera más efectiva «.
Como parte de este esfuerzo defensivo, las FDI en los últimos años han estado construyendo muros en varias áreas, destinados a obstaculizar la infiltración en territorio israelí junto con el fuego de artillería desde territorio libanés. Ya se ha erigido un muro de este tipo cerca de Rosh Hanikra y entre Misgav Am y Metula. Binder insiste en llamar a estos muros «barreras sofisticadas» y dice que «proporcionan una respuesta agradable, aunque parcial».
P: Si pudiera, ¿construiría un muro así a lo largo de toda la frontera?
«Construiría la barrera de una manera compatible. Una parte de cemento, otra de otros materiales, con tecnología avanzada. Pero ciertamente, si no hubiera problemas presupuestarios, lo haría».
En una guerra, dice, las FDI querrán evacuar a los residentes de las comunidades adyacentes a la frontera, un asunto que está en constante discusión con los enlaces de defensa civil local, con quienes, dice Binder, las relaciones son positivas y profesionales. «No hay razón para que estén aquí, y quien se quede será parte del contingente de defensa civil que protege a las comunidades».
Esto no será un paseo por el parque
Hezbolá, dice Binder, no quiere una guerra. Quiere «reorganizar la ecuación», lo que significa que quiere que quede claro que por cada uno de sus agentes asesinados por Israel, en el Líbano o Siria, un soldado de las FDI será asesinado. El objetivo: disuadir a las FDI y obstaculizar sus actividades en el sector norte. «Quiero ser claro en este asunto», enfatiza Binder, «no operamos de acuerdo con las ecuaciones de Hezbolá».
P: ¿Significado?
«Haremos lo que nos convenga en ese momento. Siempre quiero estar dos pasos por delante de Hezbolá. No se trata de si él me hace algo, yo haré exactamente lo mismo. El incidente de Manara también ilustró este punto: dispararon dos balas a una fuerza de las FDI, fallaron el objetivo y, en respuesta, lanzamos 180 morteros en territorio libanés y destruimos dos puestos de observación «.
P: En otras palabras, si el cielo prohíbe que uno de nuestros soldados muera, ¿la respuesta corresponderá?
«No tengo la intención de profundizar en nuestros planes, pero creo que si eso sucediera, Hezbolá descubriría que cometió un gran error. Nuestro nivel de preparación para la batalla es extremadamente alto hoy, y estamos dispuestos a correr riesgos al respecto porque no estamos dispuestos a vivir de acuerdo con la ecuación de Hezbolá «.
P: Lo que significa que Hezbolá insiste en mantener esta ecuación y usted insiste en no mantenerla.
«Insisto en no involucrarme con Hezbolá en un diálogo sobre ecuaciones. Mi trabajo es no estar estancado y estar listo para cualquier desarrollo».
Desde el incidente de Manara, Hezbolá no ha intentado ninguna otra acción contra los soldados de las FDI. Teniendo en cuenta la cantidad de tropas en el sector, podemos asumir que tuvo oportunidades de actuar. Binder cree que esto se debe en parte a las «sorpresas dispersas» que las FDI están inventando continuamente, que perturban el panorama de la situación de Hezbolá, pero también se deben al temor de la organización terrorista de entrar en una escalada no deseada. Sin embargo, Binder advierte que «desde la perspectiva de Hezbolá, no ha terminado. Está buscando venganza y es mi trabajo evitarlo, pero también preparar nuestra respuesta si sucede porque las cosas siempre pueden salir mal».
P: Y si se encuentra en una batalla prolongada con Hezbolá, ¿qué le gustaría lograr?
«Sin entrar en objetivos, responderé con una frase: que la próxima vez, Hezbolá pensará mucho antes de volver a actuar».
En opinión de Binder, la conducta de Hezbolá en los últimos meses reconfirma que es un actor racional. El hecho de que no haya actuado de manera impulsiva indica la existencia de evaluaciones de la situación y que pesa una amplia gama de consideraciones, como la situación económica en el Líbano, que está al borde de la insolvencia, y la pandemia de coronavirus (la semana pasada, se confirmaron 2000 nuevos casos en un período de 24 horas).
Las negociaciones del Líbano con Israel sobre la frontera marítima de los países también son una consideración para Hezbolá, porque representan una oportunidad extraordinaria para que el Líbano extraiga los miles de millones de dólares de gas natural que se encuentran en el fondo del mar. «Creo que ambas partes están dispuestas a resolver este asunto, pero es una oportunidad que puede desperdiciarse fácilmente si Hezbolá decide avivar las llamas aquí».
P: Han habido bastantes críticas en los últimos años sobre la disposición de las FDI para la guerra. ¿Estás satisfecho?
«Creo que hemos mejorado. Eso no significa que no quede nada por hacer. Estoy satisfecho con el nivel de compromiso, con la profesionalidad, pero son cosas que requieren una atención constante. Las tensiones de los últimos meses son el mejor catalizador para la preparación para la batalla que uno puede pedir porque durante este tiempo las fuerzas han mejorado dramáticamente, todos mis reservistas han pasado por aquí, todas las estaciones de batalla están operativas , funcionando y entrenado, hemos realizado muchos simulacros «.
P: Parece que desea permanecer en alerta máxima para siempre.
«Para una división, la fricción operativa es algo bueno».
P: ¿Ve mejoras en el otro lado también?
«Por supuesto que veo una mejora. Estamos en una pelea, y ellos también están aprendiendo de los errores y tratando de mejorar. No hacen lo mismo. Nuestro mayor desafío es tratar de comprender su proceso de mejora y proporcionar una respuesta a eso. Es una carrera sin fin. Una pelea de quién aprende más rápido «.
P: ¿Quizás los iraníes están arrinconando a Hezbolá?
«Los iraníes tienen mucha influencia sobre lo que sucede en nuestro espacio, tanto en Siria como en el Líbano. Ciertamente no son un elemento de moderación, y en el Líbano, solo Hezbolá es capaz de restringir a Hezbolá. A los iraníes no les importa el Líbano. «
El propio Binder sirvió en el Líbano como líder de equipo joven en Sayeret Matkal. Llevó a cabo numerosas misiones especiales allí y más tarde, así como comandante de Egoz, y ahora, como comandante de la División de Galilea. Sus superiores decidieron recientemente mantenerlo en ese puesto por un tercer año más. Se le ofreció el mando de la división de operaciones especiales en la Dirección de Inteligencia Militar, pero se negó.
«En mi opinión, estoy en el lugar más interesante, en posición de observar, aprender y entrar en contacto con el enemigo más importante al que se enfrentan las FDI hoy», dice. «Disfruto mucho el trabajo y siento que puedo marcar la diferencia. Dos años no son suficientes».
Fuente: IsraelHayom -Traducido por UnidosxIsrael
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