Tel Aviv: ¿una burbuja de startups y de minorías?

Hablamos con Eytan Schwartz, CEO de Tel Aviv Global, sobre la convivencia de un hub de modernidad en medio de las circunstancias políticas de Israel 


En verano de 2014 miles de bañistas se doraban el cuerpo en las playas de Israel mientras en el aire, el Iron Dome (un sistema de misiles) destruía por decenas cohetes lanzados por Hamas. Día sí, día también. Bajo aquella cúpula de hierro ficticia, sobrevivía una ciudad que parece ajena a lo que sucede en su entorno: Tel Aviv.


Aquella imagen de contraste es la esencia de Tel Aviv: la capital financiera de Israel se ha convertido en los últimos años un centro cultural de referencia, con una vida nocturna de 1.500 locales para una población que apenas alcanza el medio millón; una ciudad que es un paraíso para las minorías LGBT y todas las expresiones artísticas; un hub empresarial que la ha convertido en el Silicon Valley de Oriente Medio con la mayor concentración de startups del mundo per cápita. Y todo esto, en un país que vive en guerra constante desde su fundación, con uno de los conflictos étnicos más grandes que se recuerdan.

Como una urbanización de lujo en medio de un mar de chabolas.

A hablar de las bondades de este oasis urbanista vino a Barcelona la semana pasada Eytan Schwartz, CEO de Tel Aviv Global. En el marco de la Smart City Conference que reúne todos los años a delegaciones de centenares de ciudades para intercambiar sus experiencias sobre gestión pública e innovación, aprovechamos para hablar con él.

Un oasis urbanista

“Somos una ciudad que pertenece a aquel pequeño grupo de urbes privilegiadas que son capaces de aunar una intensa vida urbana con una ciudad costera. Somos muy pocas en el mundo: Barcelona, Sydney, San Francisco… Son ciudades en las que tienes restaurantes, museos, universidades, empresas y una vida cultural como la que puedes tener en Nueva York o Berlín con la tranquilidad, la diversión y la igualdad que encuentras en cualquier ciudad de costa”.

Tel Aviv ganó en 2014 el premio de Smart City Capital con un innovador sistema de información conocido como DigiTel. Se trata de una aplicación que da información en tiempo real sobre todo lo que le puede interesar a cada ciudadano: “Si tienes coche y hay obras en tu calle, te avisamos. Si tienes un hijo y se organizan programas infantiles en tu vecindario, también. Un 60% de la población nos ha dado sus datos y preferencias para entrar en este programa. Hemos llevado a otro nivel lo que entendíamos hasta ahora como página web municipal”, dice Schwartz.

Su crecimiento hasta la actualidad la ha convertido en una ciudad que tiene un 90% de población judía frente a una minoría árabe del 5%. Esto ha sido un factor determinante para que sea un reflejo de la utopía israelí

Que Tel Aviv haya ganado este premio o que se haya convertido en una referencia mundial para el desarrollo de startups se debe en gran parte a sus orígenes. Al principio era tan solo un asentamiento alrededor del puerto de Jaffa. Los primeros judíos que llegaron lo hicieron en 1910. Eran 66 familias. Desde aquel momento se establecieron las bases fundacionales de lo que tenía que ser el estado de Israel, con su lengua propia o su identidad nacional judía.

Su crecimiento hasta la actualidad la ha convertido en una ciudad que tiene un 90% de población judía frente a una minoría árabe del 5%. Esto ha sido un factor determinante para que sea un reflejo de la utopía israelí, alejada del día a día del contexto político del país y del conflicto armado. En otros territorios donde la población palestina es mayoritaria, una ciudad como Tel Aviv sería imposible.


Eytan Schwartz, a la izquierda

Schwartz añade: “ No sería justo hablar de Tel Aviv solo dentro del contexto israelí. Es importante que nos fijemos en un contexto regional. En todo Oriente Medio hay muy pocos lugares donde se pueda ser abiertamente gay, o tener todos los derechos como mujer, o practicar una religión diferente a la mayoritaria. En Tel Aviv, en cambio, sucede todo lo contrario. Para nosotros es una manifestación de los valores del estado de Israel. Es un estado con muchos grupos que tiran en diferentes direcciones y no todo el mundo tiene esos valores. Pero la base de respeto a la diversidad, a las comunidades religiosas son una piedra angula de nuestra sociedad urbana”.

Columna vertebral de Israel y contradicciones

Tel Aviv vive igualmente con grandes contradicciones por las particularidades políticas de su estado. Las duras leyes migratorias, por ejemplo, han provocado que el emprendizaje sea exclusivamente nacional. Por ello, en una fase de crecimiento, la ciudad intenta liderar el cambio hacia el aperturismo. Al menos, en el terreno económico: “Uno de nuestros retos principales es trabajar con nuestro gobierno nacional para crear un aparato legal que atraiga al talento extranjero. Seremos incapaces de mantener ese liderazgo a no ser que acojamos a los extranjeros”.

Algo parecido sucede con los retos contra la contaminación o la lucha contra las desigualdades. Israel se trata de un país con un estado centralista en el que las administraciones tienen poco poder de decisión. Por ejemplo, en el tema de la polución, Schwartz reconoce que uno de sus principales retos es desarrollar un sistema de transporte público moderno, algo que todavía está lejos de pasar en un país donde el coche particular se considera casi un bien de primera necesidad.

“Nosotros actuamos en todo lo que está a nuestro alcance. Por ejemplo, en promover el uso de la bici, en instalar sistemas de bici pública, o en instalar un sistema de transporte de coches eléctricos”, apunta.

Uno de nuestros retos principales es trabajar con nuestro gobierno nacional para crear un aparato legal que atraiga al talento extranjero. Seremos incapaces de mantener ese liderazgo a no ser que acojamos a los extranjeros

En el tema de la desigualdad sucede algo parecido: “ Hay desigualdades que crecen. El principal problema lo tenemos con la vivienda pero no podemos hacer nada. Depende del Gobierno. Por fin ahora, después de años de inactividad, se está planeando arreglarlo. Como en el transporte, nosotros actuamos en todas las partes que podemos: intentamos establecer precios máximos para bienes básicos y otros que no los son, como por ejemplo las botellas de agua en la playa. Obviamente no arreglamos la desigualdad con eso, si no con educación, con más equipamientos, vivienda pública aunque no sea nuestra competencia. En eso también estamos”.


Tel Aviv puede presumir de ser la ciudad que lidera los principales retos en todos los campos para el futuro de la sociedad israelí. Sin embargo, su implosión está estrictamente controlada por las directrices del estado, y nada se sale de esos márgenes. Para personas como Schwartz, igual que para parte de la población de la ciudad este statu quo es el adecuado. Porque hay temas que no se tocan aunque a priori choquen de lleno contra el espíritu moderno de esta capital costera: la construcción de muros para contener flujos migratorios y la política bélica hacia Palestina. Para muchos otros, la ciudad solo es una burbuja de modernidad que existe gracias a un contexto de injusticia y de desigualdades.

Fuente: 
PlayGround

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