El 11 diciembre de 2017, Asher Elmaliaj fue apuñalado en el corazón por un terrorista palestino en la estación central de autobuses de Jerusalén. Elmaliaj se desempeñaba ese día como guarda de seguridad en el control de acceso al concurrido recinto, y había precisamente pedido a su inmediato agresor que se quitara la chaqueta para poder comprobar que no llevaba nada peligroso encima.
En estos días se está celebrando el juicio por ese crimen de odio terrorista, perpetrado por el palestino Yasín Abu al Qará, residente en una aldea próxima a Nablus.
“Ha sido un año muy difícil para mí, dado que el cuchillo me alcanzó el corazón; me cambió la vida”, ha declarado Elmaliaj, de 47 años, que en cuanto fue apuñalado corrió en pos de su agresor. “Desde el ataque, padezco de ansiedad, miro si alguien me sigue y me vuelvo para asegurarme de que nadie está tratando de sorprenderme”.
Elmaliaj ha proclamado que quiere que, en él, se haga justicia a todas las víctimas israelíes del terrorismo:
Miraré a los ojos [al terrorista] y le diré: ni cuchillos, ni pistolas ni autobuses hechos pedazos; ninguna pesadilla que pueda concebirse me va a derrotar. Este es nuestro país.
Para asegurarnos de que no nos rendimos al terrorismo, hemos de celebrar un juicio justo, y la única justicia que cabe hacer es que este villano se pudra en prisión el resto de su vida.
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Fuente: El Medio
