En menos de un año, Lauro fue detenido cuatro veces. (Foto: COC)
Después de enfrentarse a golpes , detenciones y ser expulsado de su región, el mexicano Lauro Pérez Núñez y su familia iniciaron una nueva vida en otro lugar. Él y su esposa Amalia, convertidos al cristianismo, recibieron la orden de abandonar La Chachalaca en Oaxaca, en el sur de México, en 2015, por primera vez.
La pareja que tiene cuatro hijos fue humillada constantemente en público. Ellos dijeron que no los querían en el barrio porque se habian convertido al evangelio. “Yo no quería más pertenecer a una iglesia tradicionalista”.
En menos de un año, Lauro fue detenido cuatro veces, además de ser golpeado al intentar defender a su hermana de una turba. En mayo del año pasado, el reloj del monitor Mundial ahora cuida de esta familia, dos meses después de que regresaron a La Chachalaca, sólo para descubrir que no eran bienvenidos.
Ahora viven en Ayotzintepec, también en Oaxaca, que es aa dos horas y media de distancia de su comunidad anterior. Después de meses viviendo en una pequeña habitación en la parte trasera de una iglesia, finalmente consiguieron su propia casa, construida con la ayuda de otros cristianos.
Sus hijos – Alma (12), David (11), Arnold (9) y Levy (2) – están instalando en su nueva escuela. Y este año, Lauro y Amalia comenzó un negocio de familia, un pequeño restaurante en el centro de Ayotzintepec llamado “Maná del Cielo”
Una nueva historia
Ofrecen una variedad de comida, incluyendo platos regionales tales como tacos, sopas, queso y nuggets de pollo. En una entrevista telefónica, dijo Lauro el Monitor Mundial Watch que la idea de este negocio vino de su esposa.
“Al principio no tenía otro tipo de negocio en mente, pero ella me convenció de que era mejor”, dijo. “Usted ve, que ya tenía experiencia en este tipo de cosas porque cuando vivimos en la Ciudad de México, se preparan y venden alimentos a la gente de allí, lo mismo que estamos haciendo aquí”, dijo.
“Es un lugar sencillo, que cubre un área que es de seis metros de largo y cuatro metros de ancho. No tiene paredes, pero tiene una cerca por todos lados y el techo está hecho de placas de acero galvanizado,” dijo.
La propiedad pertenece a la tía de Lauro. Ella accedió a alquilar a ellos, y el costo de las obras de rehabilitación será sacado de la renta. “Nuestra opinión es que con este acuerdo podemos hacer una vida fuera de él”, dijo Lauro. “Nuestra familia es grande, con muchos gastos, pero estamos seguros de que Dios nos siga protegiendo y aprovisionado a nuestras necesidades.”
Fuente: Ante el Peligro de Apartarse de Dios
