Nasrallah atacó a las Fuerzas Libanesas, diciendo que el movimiento estaba tratando de hacer que la gente en los suburbios del sur de Beirut sintiera miedo de Hezbollah como un «enemigo imaginario».
El secretario general de Hezbollah, Hassan Nasrallah, advirtió en un discurso el lunes que los enfrentamientos en Beirut en los que siete personas murieron y decenas resultaron heridas la semana pasada eran peligrosos y marcaron una «nueva etapa» fundamental para el movimiento en cuanto a cómo se ocupa de los asuntos internos.
El tiroteo del jueves comenzó cuando los partidarios chiítas de Hezbollah y Amal marcharon a través del área de Tayouneh en Beirut, donde se encuentra con Ain El Remmaneh y Chiyah, un sitio famoso por los enfrentamientos sectarios entre chiítas, sunitas y cristianos durante la guerra civil de 1975 en el Líbano, ya que marcaba la frontera entre el este y el oeste de Beirut.
Hezbollah rápidamente señaló con el dedo al movimiento de las Fuerzas Cristianas Libanesas el jueves, alegando que el movimiento había disparado a los manifestantes desde los tejados cercanos en una emboscada planificada.
Las Fuerzas Libanesas rechazaron las acusaciones, diciendo que el tiroteo se debió a la incitación causada por los líderes de Hezbollah contra Tarek Bitar, el juez a cargo de investigar la explosión del puerto de Beirut en 2020, y que las acusaciones eran un intento de desviar la atención de la invasión de Hezbollah al zona.
El movimiento señaló que los operativos de Hezbollah fueron claramente vistos en muchos videos ingresando a vecindarios seguros con armas automáticas, y afirmó que el tiroteo fue un intento de usar la violencia y la intimidación para derrocar la investigación sobre la explosión del puerto.
Ambas partes han instado a la calma a sus partidarios en sus esfuerzos por evitar un mayor conflicto en el país que lucha con una continua crisis económica.
Nasrallah afirmó que Hezbollah fue informado la noche anterior al tiroteo sobre las fuerzas libanesas movilizándose y trayendo armas y que Hezbollah había recibido garantías de las fuerzas de seguridad de que esto era solo un esfuerzo de precaución.
El líder de Hezbollah agregó que las Fuerzas habían incitado a la gente en el área diciéndoles que sus vecindarios serían invadidos y ocupados por Hezbollah.
Las Fuerzas Libanesas rechazaron las acusaciones, diciendo que el tiroteo se debió a la incitación causada por los líderes de Hezbollah contra Tarek Bitar, el juez a cargo de investigar la explosión del puerto de Beirut en 2020, y que las acusaciones eran un intento de desviar la atención de la invasión de Hezbollah al zona.
El movimiento señaló que los operativos de Hezbollah fueron claramente vistos en muchos videos ingresando a vecindarios con armas automáticas, y afirmó que el tiroteo fue un intento de usar la violencia y la intimidación para derrocar la investigación sobre la explosión del puerto.
Ambas partes han instado a la calma a sus partidarios en sus esfuerzos para evitar un mayor conflicto en el país que lucha con una continua crisis económica.
Nasrallah afirmó que Hezbollah fue informado la noche anterior al tiroteo sobre las fuerzas libanesas movilizándose y trayendo armas y que Hezbollah había recibido garantías de las fuerzas de seguridad de que esto era solo un esfuerzo de precaución.
El líder de Hezbollah agregó que las Fuerzas incitado a la gente en el área diciéndoles que sus vecindarios están invadidos y ocupados por Hezbollah.
Nasrallah atacó a las Fuerzas Libanesas, diciendo que el movimiento estaba tratando de hacer que la gente en los suburbios del sur de Beirut sintiera miedo de Hezbollah como un «enemigo imaginario». Agregó que el partido estaba aumentando las tensiones y el miedo con el fin de lograr los objetivos de sus líderes y los objetivos de países extranjeros con intereses en el Líbano.
El líder de Hezbolá enfatizó que las Fuerzas Libanesas apuntan a una guerra civil para provocar cambios demográficos que apiñen a los cristianos en un área específica y creen un estado cristiano dominado por el partido.
Nasrallah enfatizó que Hezbollah no es enemigo de los libaneses ni de los cristianos, y dijo que se le podría preguntar al pueblo de Siria cómo protege Hezbollah a los cristianos. Nasrallah atacó a las Fuerzas Armadas, diciendo que dondequiera que fueran traían guerra y combates y habían apoyado a ISIS y a los terroristas.
«La mayor amenaza para la existencia de los cristianos y la seguridad de la comunidad cristiana en el Líbano son las fuerzas libanesas», dijo Nasrallah. El secretario general aconsejó a las Fuerzas Libanesas que abandonen cualquier idea sobre luchas internas o guerra civil, y agregó que Hezbollah solo quiere paz civil, seguridad y apertura en el Líbano.
Nasrallah afirmó durante el discurso que los servicios de seguridad informaron a Hezbollah que las Fuerzas Libanesas estaban detrás del tiroteo. El líder de Hezbolá admitió que las consignas y las provocaciones comenzaron durante la marcha, calificándola de error.
A pesar de las imágenes que muestran a miembros de Hezbollah y Amal portando muchas armas, incluidas armas automáticas y juegos de rol, Nasrallah afirmó que el movimiento no había tomado ninguna medida de seguridad o preventiva antes de la marcha por la zona debido a la sensibilidad de la zona. El líder de Hezbolá también afirmó que las armas solo se llevaron al área después de que comenzaran los disparos.
Nasrallah advirtió que las Fuerzas Libanesas estaban calculando mal y que Hezbollah es aún más fuerte, diciendo que Hezbollah tiene 100.000 combatientes. El líder de Hezbolá enfatizó que las fuerzas del movimiento estaban preparadas para defender la tierra, el petróleo y el gas del Líbano que «están siendo robados ante los ojos de los libaneses», no para los enfrentamientos internos.
Nasrallah declaró además que Hezbollah quiere saber si un soldado del ejército libanés filmado disparando contra miembros de Amal durante los enfrentamientos estaba actuando por voluntad propia o por órdenes, y enfatizó que a pesar de incidentes anteriores, Hezbollah «debe tener cuidado» con el ejército libanés.
Nasrallah advirtió que Estados Unidos quiere una guerra civil en el Líbano, y pidió «paciencia, perspicacia y conciencia» a las familias de quienes murieron en los enfrentamientos.
«Que Dios te recompense por tu paciencia y perspicacia, y esto te ofrecerá una victoria que no esperas y un alivio que no esperas», dijo Nasrallah, afirmando que Hezbollah buscaba represalias contra los tiradores.
Nasrallah advirtió contra la politización del poder judicial, diciendo que si los responsables no rinden cuentas, Hezbollah «no dejará la sangre de nuestros hermanos en el suelo».
Nasrallah se refirió también a la investigación del puerto, diciendo que Hezbollah fue atacado desde los primeros momentos después de la explosión y que no permanecería en silencio.
El líder de Hezbollah enfatizó que quienes acusen al movimiento deben presentar evidencia, cuestionando por qué su demanda de cambiar al juez a cargo de la investigación fue considerada una amenaza.
Nasrallah señaló con el dedo al poder judicial y dijo que los jueces eran responsables de autorizar la entrada del nitrato de amonio al puerto. El líder de Hezbolá también culpó a las embajadas de intimidar al poder judicial.
Nasrallah enfatizó que el tiempo se había agotado y pidió al estado que se responsabilice y actúe.
Un tribunal libanés desestimó el jueves la última denuncia judicial presentada contra el investigador principal de la investigación de la explosión del puerto de Beirut, lo que le permitió reanudar el trabajo, según mostraron una fuente judicial y documentos judiciales.
El parlamentario libanés Ali Hassan Khalil, un aliado de Hezbollah, había presentado la denuncia después de que Bitar emitiera una orden de arresto en su contra para interrogarlo sobre la explosión.
Khalil le dijo a Al-Mayadeen TV la última semana que la investigación de Bitar «es ilegal y supera muchos de los protocolos que deben seguirse». El diputado afirmó además que el juez se había reunido con una delegación extranjera minutos después de emitir la orden de arresto contra Khalil, lo que implica la influencia de potencias extranjeras.
El parlamentario advirtió que habría una «escalada política, y quizás [una escalada] de otro tipo», y agregó que «todas las posibilidades están abiertas», incluida la salida a las calles.
Khalil afirmó que la investigación puede ser parte de un plan regional e interno para tratar de «cambiar los equilibrios» y que tenía información que indica que la investigación tiene un objetivo para un determinado grupo político «a instancias de partes externas». El miércoles, Hassan Fadlallah, un diputado afiliado a Hezbollah, acusó abiertamente a Estados Unidos de interferir en la investigación.
Fuentes de Hezbollah y el Movimiento Marada dijeron al noticiero libanés Al-Jadeed TV que Bit AR se estaba preparando para acusar directamente a Hezbollah de la responsabilidad de la explosión. Las fuentes agregaron que si no se quita Bitar, dejarán el gobierno.
Las Fuerzas Libanesas advirtieron el lunes que Hezbollah y sus aliados estaban tratando de atacar al poder judicial y al ejército, diciendo que Hezbollah estaba presionando al Líbano para que renunciara a la responsabilidad, la justicia o la estabilidad y no dudaría en derrocar la paz civil.
El movimiento agregó que Hezbollah estaba tratando de escapar del castigo y desviar la atención de la explosión del puerto de Beirut. Las Fuerzas Libanesas pidieron que el pueblo libanés participe en una sentada frente al Palacio de Justicia el martes en apoyo del poder judicial y Bitar.
Nasrallah también expresó sus condolencias a Siria por la muerte de Medhat Saleh, quien supuestamente fue asesinado a tiros por las fuerzas israelíes cerca de la frontera de los Altos del Golán el sábado.
Fuente: JPost- Traducido por UnidosxIsrael
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