Jasmine Weller creció en Estados Unidos viendo a su padrastro atacar a su madre. Durante su infancia, después de presenciar muchos conflictos, cuestionó a Dios hasta encontrarlo de manera sobrenatural.
Sus padres se divorciaron cuando ella tenía dos años. Después de eso, su madre se volvió a casar: “Mi padrastro era bipolar, esquizofrénico, drogadicto y alcohólico. Sufrí mucho abuso verbal y emocional por parte de él”, dijo Jasmine al canal de YouTube “Testimonios Delafé”.
Jasmine dijo que llegó al punto en que ella y su madre tuvieron que huir. Sin embargo, los encontró y continuó acosándolos. Por eso, sus recuerdos estaban llenos de miedo por la violencia doméstica.
“Tenía miedo de mi propia casa, mi relación con mi madre se estaba viendo afectada y las cosas estaban difíciles”, relató.
La mujer dijo que su abuela era cristiana, y cuando tenía ocho años iba a su casa y allí oyó hablar de Jesús.
“Aprendí quién era Jesús en casa de mi abuela. Pero no tomé en serio al Señor hasta que fui mayor. Todavía no había tenido un encuentro auténtico con el Espíritu Santo que cambiara mi vida”, recordó.
Encuentro con Dios
Jasmine dijo que creció en una iglesia donde se curaban ciegos y sordos. “Crecí en la presencia de Dios”, dijo. Sin embargo, debido a la agresión de su padrastro, comenzó a cuestionar la existencia de Dios, dudando de que Él se preocupara por su familia.
Un día oró: “Señor, sé que eres real. Pero no puedo identificarme con el hecho de que Dios es real y está tan ausente en mi vida y no se preocupa por mis necesidades, mis miedos y el abuso en casa”.
“Señor, si te importa, si realmente eres el Dios que creo que eres. Si eres un buen Padre, si eres Dios que puede verme, que me conoce, necesito que hagas algo y te reveles ahora mismo en mi habitación”.
Después de orar y decirle al Señor cómo se sentía, Él la encontró. Por primera vez sintió el amor, el cuidado y el consuelo que siempre había buscado.
“En el momento en que dije eso, sentí como si una manta cayera sobre mi cuerpo”, recordó.
Continuó: “Fue un momento de cambio para mí. Todo lo que necesitaba saber era que Él estaba allí, me vio y estaba consciente de lo que estaba sucediendo. Ahora podría descansar en él”.
Liberando el perdón
Después de esta experiencia con Dios, Jasmine comenzó a leer la Biblia y profundizar su relación con el Señor.
“Dijo que no me abandonaría. Me habló a través de su Palabra y fue tan hermoso. Aprendí a orar y profetizar la voluntad de Dios para mi familia”, dijo.
A su padrastro le diagnosticaron insuficiencia renal y el médico le dio 10 días de vida. Jasmine afirmó que durante ese tiempo, Jesús comenzó a ministrar acerca del perdón en su corazón.
Al octavo día fue a visitarlo al hospital: “Pedí tener un momento con él. Leímos juntos el Salmo 23. Desde entonces, le leí la Biblia y lo perdoné. Sentí la presencia de Dios en ese lugar y le pregunté si le gustaría aceptar a Jesús”, dijo.
Su padrastro ya no podía hablar, pero en ese momento logró repetir las palabras de Jasmine sobre la salvación de Cristo y falleció tiempo después.
“Dios me enseñó acerca de su misericordia y bondad. Él sanó mi corazón”, testificó.
Después de conceder el perdón a su padrastro, Jasmine también perdonó y se acercó a su padre biológico. También fue liberada de una adicción a la pornografía y de una relación homosexual en la universidad.
“Pude vivir mi vida sabiendo lo que significaba tener el Espíritu Santo. Mi alma quedó libre de la esclavitud en la que vivía. Él es fiel, me salvó”, dijo.
Hoy, ella y su esposo tienen un ministerio donde son testigos de personas sanadas, relaciones familiares restauradas y personas libres de la homosexualidad.
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