Pooja Gaud fue encontrada el 4 de agosto, después de haber estado desaparecida durante nueve años. En 2013, tenía siete años cuando fue secuestrada en Mumbai, India.
Después de casi una década, la niña, que ahora tiene 16 años, dice que fue secuestrada por una pareja que se la llevó cuando salía de la escuela.
Según las autoridades, Pooja fue llevada por la pareja Harry D’Souza y Soni D’Souza, motivados a cometer este crimen por no tener hijos. El hombre ya está detenido.
El día que desapareció, Pooja había ido a la escuela con su hermano mayor. En la entrada, los dos discutieron y el hermano entró a la escuela por llegar tarde a clases.
En ese momento, el matrimonio D’Souza se acercó a la niña y le ofreció un helado, atrayéndola hacia el auto y así se la llevaron.
Por lo que recuerda, Pooja cree que la pareja inicialmente la llevó a Goa y Karnataka en el sur de la India. La amenazaban si lloraba o hacía algo que llamara la atención.
Por un corto tiempo a la niña se le permitió asistir a la escuela, pero cuando la pareja logró tener un hijo, se mudaron a Bombay y fue entonces cuando los abusos empeoraron.
“Me golpearon con un cinturón, me patearon y me dieron puñetazos. Una vez me golpearon con un rodillo tan fuerte que me empezó a sangrar la espalda. También me obligaron a hacer las tareas del hogar y trabajar de 12 a 24 horas fuera de la casa”, dijo.
‘Un escape milagroso’
Poonam Gaud, la madre de Pooja, cree que el regreso de su hija fue “un escape milagroso”.
Dice que “había perdido la esperanza de encontrar a mi hija, pero Dios me ayudó”.
Durante el tiempo que estuvo cautiva, Pooja no tuvo acceso a dinero ni a un teléfono y estuvo constantemente bajo vigilancia.
Un día, mientras la pareja dormía, encontró un celular y buscó en internet con su nombre. Pooja vio varios videos que mencionaban su desaparición. Dice que en ese momento, “fue cuando decidió pedir ayuda y huir”.
Pasaron siete meses, hasta que logró liberarse, pues tuvo que armarse de valor y pedir ayuda a la niñera que trabajaba en la casa.
Pramila Devendra, de 35 años, decidió ayudarla y llamó a uno de los números que aparecían en los carteles de desaparición de Pooja, y pudo hablar con Rafiq, un vecino de la familia.
Devendra habló y dijo que estaba feliz de haber sido parte de esta historia. “Toda madre debería ayudar a un niño que viene a pedir ayuda. Puede que no seamos sus madres biológicas, pero seguimos siendo madres”.
Encontró a la hija
Poonam Gaud y su hija pudieron chatear por primera vez en nueve años a través de una videollamada. La madre la reconoció por una marca de nacimiento. “Todas mis dudas desaparecieron de inmediato. Supe que había encontrado a mi hija”, dijo.
Reunida el 4 de agosto, la familia de Pooja acudió a la policía y presentó una denuncia contra la pareja. “Le conté todo a la policía. Hasta dónde vivían mis secuestradores”, dijo la joven.
Ahora Pooja Gaud está recuperando el tiempo perdido con su familia, que atraviesa dificultades económicas después de que su padre muriera de cáncer hace unos cuatro meses.
La adolescente dice que está procesando el trauma que ha vivido y tiene muchas pesadillas.
A pesar de esta situación, la familia dice estar muy feliz de tener a Pooja de vuelta en casa.
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