Madre dice que luchar por la vida de su hija la acercó a Dios: “Él habla conmigo”

El 6 de junio de 2019, después de la cena, Shaylie Edwards y su hermana Emma convencieron a su padre, Shannon Edwards, para que las llevara a jugar a un parque cercano.

Los niños, de 3 y 7 años respectivamente, acababan de terminar su último día de preescolar antes de las vacaciones de verano y se merecían divertirse.

Erica Edwards, la madre de las niñas, se quedó en casa para lavar los platos y abrir las ventanas. De repente, dice que escuchó una conmoción afuera.

“Corrí y miré por encima de la cerca, y justo en mi vista estaba Shaylie tirada en el camino”, recuerda Erica.

Un automóvil que pasaba por el cruce de peatones golpeó a Shaylie y a su padre.

Cuando vio que el auto venía hacia ellos, el padre Shannon Edwards levantó a Shaylie fuera del camino, pero cuando el auto lo golpeó, perdió el control de su hija.

La niña golpeó el capó del automóvil y voló unos 40 pies en el aire antes de aterrizar en la acera, dijo Erica Edwards a Fox News Digital.

El casco que llevaba la niña, porque planeaba andar en scooter en el parque, estaba hecho pedazos.

Desesperación

Al llegar a la escena, Erica y un transeúnte realizaron maniobras para revivir a la pequeña Shaylie hasta que llegaron los paramédicos.

Shaylie fue en una ambulancia mientras que Erica y su esposo la siguieron en otra al hospital.

Shannon Edwards, de 46 años, sufrió siete fracturas en la cara; necesitaba una reconstrucción facial completa. En total, estuvo dos semanas y media en el hospital. Hoy tiene cuatro placas permanentes de titanio en la cara, dice Erica.

^{Shaylie pasó 3 meses en el hospital con la mandíbula rota en dos lugares, el cuello roto en dos lugares, el fémur roto, el sacro fracturado y una lesión cerebral. (Foto: Érica Edwards)}

Shaylie, entonces de 4 años, sufrió fractura de mandíbula en dos lugares, fractura de cuello en dos lugares, fractura de fémur, fractura de sacro y lesión cerebral.

Dios calma

Mientras el equipo de traumatología del hospital realizaba pruebas a Shaylie para determinar su tratamiento, Erica pidió quedarse con su hija.

Como estaba sorprendentemente tranquila, el personal del hospital la dejó entrar a la habitación. Esa calma, explicó Erica, venía de Dios.

“Yo era una persona muy espiritual antes de eso, siempre creí en Dios, pero no iba mucho a la iglesia, no era mucho del tipo de persona de la Biblia al libro”, dijo.

“Pero ahora soy un creyente total… Dios me habla todo el tiempo. Y fue a través de ese accidente que me llegó esta voz”.

“Era [una voz] como, ‘Mantén la calma, mantén la calma’”, dijo. “Tiene que ser un poder superior, un Dios, alguien que solo me estaba apoyando para lo que estaba por venir”.

“Si no fuera por ese castigo, no habría pasado los últimos tres años luchando para recuperar a mi bebé porque ha sido una lucha literal todos los días”.

“Tendré que seguir luchando por ella durante años… Y mi fe es lo que me está ayudando”.

lesion grave

Shaylie fue trasladada a la UCI pediátrica (UCIP) para recibir cuidados intensivos.

“Me di cuenta de inmediato de que estábamos lidiando con una lesión cerebral bastante grave”, dijo Deeter a Fox News Digital. “Ella no respondía por completo, no tenía reflejos en ese momento, ningún movimiento motor de inmediato… Sabía que iba a tener un camino largo y difícil”.

Durante los primeros cinco días de Shaylie en el hospital, los médicos se concentraron en proteger su cerebro de más lesiones, como hinchazón o sangrado.

Una vez que su cerebro se estabilizó, el personal médico revisó los pulmones, los riñones y el hígado de Shaylie para asegurarse de que funcionaran correctamente, dijo Deeter.

Los médicos trabajaron para sacar a Shaylie del ventilador y de los sedantes para que pudiera recuperar su fuerza y ​​comenzar el proceso de recuperación .

Después de dos semanas en la UCI pediátrica, Shaylie finalmente abrió los ojos. Eso, para la Dra. Deeter, fue un punto de inflexión en el cuidado de Shaylie.