La mayor Efrat Zarihan, que resultó herida de muerte en un accidente, tenía una tarjeta de donante, lo que llevó a su familia a donar sus órganos.
El 28 de agosto, la Mayor Efrat Zarihan, de 34 años, jefe de la División Cibernética de Sistemas de Información y Computación del Cuerpo de Inteligencia de las FDI, resultó fatalmente herida en un accidente de tráfico mientras se dirigía a su base. Los médicos lucharon por su vida durante dos días antes de que sucumbiera a sus heridas. Tenía una tarjeta de donante que se comprometía a donar órganos, lo que impulsó a sus padres a respetar sus deseos y el uso de sus órganos salvó tres vidas diferentes.
La Mayor Zarihan recibió el Premio de Defensa de Israel de manos del Presidente Isaac Herzog, el Ministro de Defensa Yoav Gallant y el Jefe del Estado Mayor de las FDI, el Teniente General Herzi Halevi, por un proyecto clasificado en el que trabajó con su equipo. Se alistó en las FDI en 2008 en un curso especial para oficiales y sirvió en las fuerzas de inteligencia mientras completaba sus estudios en ingeniería eléctrica antes de obtener una maestría.
Tami Fink, coordinadora de trasplantes del Centro Médico Rabin, acompañó a la familia de Zarihan y luego dirigió el proceso de donación. «Una vez que la familia fue informada de su muerte, dijeron que todos habían firmado tarjetas de donante y que querían cumplir el deseo de Efrat».
Yousef Jabarah de Tayibe, cuyos pulmones colapsaron durante un viaje a Francia, fue hospitalizado en la misma habitación que el Mayor Zarihan en el Centro Médico Rabin, y luego recibió sus pulmones, lo que le salvó la vida.
«En agosto ya casi no podía respirar»
«Cuando me dijeron quién era la donante de pulmón, me quedé en shock», dijo Jabarah. «Se me puso la piel de gallina y comencé a llorar. No lo podía creer. La donante estuvo al lado de mi cama durante dos días. ¿Quién hubiera pensado que podría volver a respirar gracias a los pulmones que me dio?», dijo con lágrimas en los ojos.
Yousef Jabarah (Foto: Rabin Medical Center)
«Era un hombre sano y fuerte. Hacía ejercicio en el gimnasio cuatro veces por semana y me sentía muy bien», dijo. «En julio pasado, llevé a mi familia a un viaje al norte de Francia. Lo disfrutamos mucho hasta ese día en que visitamos uno de los palacios y, de repente, me costaba subir las escaleras y me faltaba el aliento».
Después de regresar a Israel, el médico de su familia lo remitió a una serie de pruebas y le diagnosticaron fibrosis pulmonar, «una enfermedad crónica que provoca cicatrices en el tejido pulmonar, lo que dificulta el funcionamiento adecuado de los pulmones», explicó el profesor Moti. Kramer, director del Instituto Pulmonar del Centro Médico Rabin.
Jabarah fue hospitalizado con insuficiencia respiratoria crítica y conectado a una máquina ECMO que reemplazó la función de los pulmones. «Yousef llegó con un caso de insuficiencia respiratoria que amenazaba su vida y, afortunadamente, después de dos semanas, la donación de trasplante de pulmón de nuestro otro paciente lo salvó», dijo el Dr Itai Ben David, médico principal de la Unidad de Cuidados Intensivos del Centro Médico Rabin.
Ahora, mientras continúa recuperándose, Jabarah encuentra puntos adicionales que lo conectan a él y a su donante. «Mi mamá y su mamá se sentaron una al lado de la otra en la sala de espera de la UCI, cada una orando por su hijo, sin saber que el destino ha unido para siempre a nuestras dos familias».
‘Le prometí a su familia cuidar su corazón’.
El riñón de la mayor Zarihan fue implantado a una mujer de 71 años y su corazón salvó la vida de Irina Karchemsky, una esteticista de 51 años. «Soy una persona muy activa y en los últimos 30 años no había ido al médico ni una sola vez, por lo que el infarto que casi me mata fue muy sorprendente para mí», dijo.
Hace tres años, en la noche de Rosh Hashaná, su vida dio un giro dramático cuando de repente colapsó y perdió el conocimiento. «No lo recuerdo, pero en retrospectiva, me di cuenta de que estaba en una condición crítica». Llegó a la sala de emergencias del Centro Médico Rabin, la anestesiaron y le conectaron un ventilador.
Irina Karchemsky (Foto: Centro Médico Rabin)
«Me desperté después de dos meses, sin saber dónde estaba, qué me había pasado y por qué estaba conectado a varias máquinas». Los análisis de sangre revelaron que Karchemsky tenía una infección en el esternón, lo que provocó una disfunción en la cámara derecha del corazón, por lo que su función cardíaca se deterioró a un nivel crítico y necesitaba urgentemente un trasplante.
A Karchemsky le implantaron un corazón artificial hasta que se encontró una donación adecuada. Sin embargo, los médicos todavía tenían malas noticias para ella. «Soy una mujer alta y con sobrepeso, y los médicos recomendaron que me sometiera al trasplante en los Estados Unidos. Me dejaron claro que, como estaba, me resultaría muy difícil encontrar una donación adecuada en Israel».
Se sometió a un tratamiento de adelgazamiento, perdió 11 kilogramos, lo que fue suficiente para calificarla para la lista de espera, y durante tres años continuó con su rutina diaria conectada a un corazón artificial.
Hace dos semanas, mientras regresaba a casa del trabajo, llegó la noticia que tanto esperaba. «Estaba conduciendo cuando el hospital me llamó para decirme que habían encontrado un corazón para mí. Crucé en un semáforo en rojo y casi me desmayo», dijo.
Ese mismo día llegó al hospital para las pruebas finales, y la operación se llevó a cabo esa misma noche y finalizó con éxito. «Me preparé para la cirugía como si fuera un evento glamoroso. Me maquillé y decidí que si todo iba bien, celebraría mi segundo cumpleaños en esa fecha».
«Cuando supe de quién recibí la donación de corazón, sentí orgullo y respeto por Efrat, que tenía mucho más para dar al mundo», dijo Karchemsky. «Le prometí a su familia cuidar de su gran y generoso corazón de la mejor manera posible».
Fuente: Ynet- Traducido por UnidosxIsrael
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