Los dos candidatos favoritos a alcalde en Jerusalén deberán concurrir en una segunda ronda de elecciones municipales tras los resultados de ayer, mientras que el de Tel Aviv fue reelegido y Haifa tendrá por primera vez una alcaldesa.
La Dra. Einat Kalish, candidata a la alcaldía de Haifa, emite su voto en una mesa de votación en la mañana de las elecciones municipales, el 30 de octubre de 2018, en Haifa. (Meir Vaknin / Flash90)
En Jerusalén, el resultado no fue el esperado: el candidato del Likud, y favorito, Zeev Elkin, se quedó fuera de la carrera, mientras que el empresario Moshé Lión, apoyado por el ministro de Defensa, Avigdor Lieberman y los partidos ultraortodoxos, y Ofer Berkovitch, líder sionista laico del movimiento “Despertar”, concurrirán en una segunda vuelta en dos semanas ya que ninguno alcanzó el 40 % de los votos necesarios para ser alcalde.
El alcalde de Tel Aviv, el laborista Ron Huldai, de 74 años, fue reelegido para un quinto periodo, mientras que el de Haifa, Yona Yahav, de centro, tras 15 años de gobierno fue derrotado anoche por la candidata laborista Einat Kalish Rotem.
En la ciudad de Natania, la alcaldesa Miriam Feirberg Ikar fue reelegida por quinta vez a pesar de los casos de presunta corrupción que penden sobre su cabeza y en ciudades como Bet Shemesh, de mayoría ultraortdoxa, continúa el recuento con una candidata favorita, Aliza Bloch, que podría arrebatarle el puesto al candidato religioso Moshe Abutbul.
A pesar de que el día de ayer fue declarado festivo para incentivar el voto, en un país en el que tradicionalmente las elecciones municipales arrojan bajos datos de participación, solo el 53 % de los 6,6 millones de israelíes y residentes mayores de 17 ejercieron su derecho al voto, según medios locales.
La jornada estuvo marcada por protestas y boicot en los territorios ocupados de los Altos del Golán sirios, donde por primera vez los 26.000 drusos residentes podían votar, y también en la zona oriental de Jerusalén, donde la mayoría de palestinos (38 % de la población) no acudió a las urnas porque no reconoce a las autoridades israelíes.
Jerusalén Este, en 1980, y los Altos del Golán, en 1981, fueron anexionados de forma unilateral por Israel, en un movimiento nunca reconocido por la comunidad internacional.
Las elecciones abarcaron también parte del territorio ocupado de Cisjordania, donde los residentes de los asentamientos judíos, contrarios a la ley internacional, eligieron a sus gestores en los consejos regionales.
Fuente: LaVanguardia
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