Investigadores israelíes prueban si la sangre del cordón umbilical podría ayudar a tratar el autismo

El Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo es el viernes 2 de abril.

Avi Biniachvili (crédito de la foto: HANNA ABRAMOVICH-BINIACHVILI)

La sangre del cordón umbilical normalmente se desecha al nacer. Pero para el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo el viernes, un equipo de médicos y científicos está pidiendo a las nuevas madres que recolecten y guarden la sangre porque podría usarse para tratamientos que salvan vidas, o incluso cambian vidas.

Un tratamiento de sangre del cordón umbilical está comenzando a dar esperanza a algunos niños con autismo.

El Dr. Omer Bar Yosef, neurobiólogo clínico e investigador del Centro Médico Sheba, Tel Hashomer, ha tratado hasta ahora a 25 niños con autismo como parte de un ensayo de Fase II utilizando un protocolo desarrollado en el Centro Médico de la Universidad de Duke.

Los pacientes reciben una infusión única de sus propios glóbulos del cordón umbilical.

“No hay quimioterapia involucrada, no hay medicamentos químicos”, explicó el Dr. Moshe Israeli, quien se desempeña como director científico en Taburit, uno de los líderes en el campo de la recolección y preservación de sangre del cordón umbilical en Israel. “No hay ninguna preocupación; no es riesgoso».

En algunos casos, los resultados son una mejora en la comunicación y la capacidad de respuesta emocional y social.

«No sabemos al 100% por qué está funcionando», dijo Israeli. “Existe un tipo único de célula madre en la sangre del cordón. Estas células se abren paso a través de la sangre hasta el cerebro y creemos que promueven el crecimiento de nuevas sinapsis en el cerebro «.

Las sinapsis conectan las neuronas del cerebro con las neuronas del resto del cuerpo.
Estas células del cordón umbilical solo se pueden encontrar en la sangre del cordón; no se encuentran en adultos más tarde en la vida.

«Uno o dos años después del tratamiento, vemos a través de imágenes cerebrales que hay más sinapsis», explicó Israeli. «El tratamiento influye en el cerebro para que crezca, se vuelva más eficiente y tenga una mejor comunicación».

Si bien Israel solo permite el uso de las propias células del cordón umbilical o de las células de sus hermanos, un ensayo de fase III que se está llevando a cabo en Duke también permite el uso de células de sangre del cordón umbilical de terceros, es decir, las células de un donante no emparentado que se almacenan en una de los bancos de sangre del cordón umbilical.

En los EE. UU., el tratamiento ya está aprobado para uso compasivo.

Los tratamientos para la sangre del cordón umbilical no son algo nuevo. Se han utilizado durante décadas para tratar a pacientes con cánceres de la sangre como leucemias y linfomas, así como ciertos trastornos de la sangre y del sistema inmunológico. En los últimos 10 a 15 años, los científicos también comenzaron a ver el beneficio de los trastornos neurológicos.

Dijo que el objetivo es completar el ensayo de autismo de fase II con 60 pacientes.

Hoy en día, hay 30.000 personas con autismo en Israel, pero la tasa está aumentando. Aproximadamente uno de cada 100 niños es diagnosticado con autismo, según ALUT, la Sociedad Israelí de Niños y Adultos con Autismo. Se espera que ese número alcance uno de cada 90 en el futuro cercano, dijo Israel, y se espera que haya 50.000 ciudadanos con el trastorno en la próxima década.

Bar Yosef destacó que el tratamiento no funciona para todos. Por el contrario, solo ciertos subconjuntos han mostrado mejoras. Pero dijo que incluso si solo el 20% de los tratados mejoran, se consideraría un resultado sorprendente.

En diálogo con Hanna Abramovich-Biniachvili, cuyo Avi de siete años recibió el tratamiento hace dos años. Desde entonces, Avi ha podido controlar mejor sus estados de ánimo y su relación con el espacio, e interactuar mejor con su entorno.

“Comenzó a hablar, a hacer contacto visual”, dijo. «Vemos una mejora tan dramática».

Abramovich-Biniachvili dijo que la familia ha invertido y continúa invirtiendo en apoyos adicionales para que Avi ayude a mejorar su capacidad para funcionar. Pero ella cree que la sangre del cordón es lo que marcó la diferencia.

«Hay una diferencia dramática que no veíamos antes de este tratamiento con respecto a cualquier otra cosa», dijo.

Fuente: JPost- Traducido por UnidosxIsrael

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