Análisis: los generales de alto rango de las FDI afirman que no habrá más remedio que participar en enfrentamientos limitados con Hezbolá dados los desarrollos generales en la frontera con el Líbano
Por Yossi Yehoshua
Cuando los altos funcionarios de inteligencia presentaron su evaluación anual, que indicaba una mayor probabilidad de guerra, citaron tres razones principales: primero, lo que Irán y Hezbolá perciben como un debilitamiento de la presencia estadounidense en la región y una disminución significativa del compromiso; En segundo lugar, la crisis entre Washington y Jerusalén destaca la tensa relación entre el presidente Joe Biden y el primer ministro Benjamin Netanyahu; Y tercero, la severa ruptura interna dentro de la sociedad israelí que también ha afectado a las Fuerzas de Defensa de Israel.
En los últimos días, hemos sido testigos de la escalada de preocupaciones en dos de esos tres puntos, que recuerdan el ambiente previo al intento de destitución del ministro de Defensa, Yoav Gallant, en marzo. Desde la perspectiva estadounidense, se debe prestar atención a la notable entrevista que el presidente Joe Biden concedió a CNN durante el fin de semana, en la que afirmó que “este es el gobierno más extremo que he visto desde los días de Golda Meir”, y evadió la pregunta de si invitaría a Netanyahu a una visita pronto.
Es crucial comprender que la visita de un primer ministro israelí a la Casa Blanca no es simplemente una cuestión de pompa y circunstancia y sesiones fotográficas, o incluso una actualización sobre la saga de la exención de visa. Hay cuestiones estratégicas y de peso en juego, y la tensión entre los dos líderes afecta directamente a la seguridad nacional.
En el ámbito de la crisis interna, asistimos a una renovada ola de protestas, que recién comienza. En los próximos días, se esperan manifestaciones a gran escala, acompañadas de nuevos llamados a los reservistas para que no se presenten al servicio de reserva.
Actualmente, las FDI no han informado ninguna negativa real a servir, solo informes de los medios. No obstante, el Jefe de Estado Mayor de las FDI, el Teniente General Herzi Halevi consideró necesario hacer declaraciones claras e importantes sobre la situación de seguridad y los llamamientos a la insubordinación. “Estos días nos exigen enfocarnos en la misión de seguridad y la cohesión solidaria para que estemos preparados para cualquier desafío y en cualquier escenario. En la realidad actual, no podemos darnos el lujo de no enfrentar cada desafío y tarea”, dijo.
El líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, está feliz por un público israelí dividido
Es dudoso que alguien en todo el Medio Oriente esté más contento con estos desarrollos que el líder de Hezbollah, Hassan Nasrallah, quien se ha convertido en la figura número dos en la escalera del mal, siguiendo al líder supremo de Irán, el ayatolá Ali Khamenei.
El miércoles, se espera que Nasrallah pronuncie un discurso especial para conmemorar el 17º aniversario de la Segunda Guerra del Líbano, donde, como de costumbre, se espera que provoque a Israel y lance ataques verbales contra él. Sin embargo, últimamente, no se ha conformado solo con los discursos. Este año, ha alterado todo su despliegue a lo largo de la frontera israelí en la medida en que las autoridades del norte están prestando atención a cómo los combatientes de Hezbolá ahora están más cerca que nunca, más cerca de lo que han estado desde 2006.
Las figuras públicas en el norte de Israel han estado gritando sobre esto durante mucho tiempo, pero nadie las escucha realmente. Mientras tanto, Hezbollah viola repetidamente los entendimientos internacionales y, recientemente, incluso puso en peligro la vida de los residentes en Metullah con sonidos explosivos y deslumbramientos guiados por láser.
Lo que es aún más grave es la creciente audacia de las operaciones locales, que demuestran la erosión de la disuasión israelí. Esto incluye infiltrarse en el puesto avanzado de Gladiola, disparar un misil antitanque hacia los vehículos de las FDI cerca de Avivim, hasta la muy preocupante infiltración de un terrorista que llegó al cruce de Megiddo.
Un operativo de Hezbolá fue visto en la carpa de la organización en el lado israelí de la frontera con el Líbano, en el área del Monte Dov.
Hay preguntas sin respuestas
Por supuesto, también está la cuestión del establecimiento de tiendas de campaña en territorio israelí. Este caso va acompañado de una decisión muy problemática de no retirar la carpa de inmediato. Lo que debería haberse resuelto a nivel militar se ha trasladado al nivel político, a saber, el ministro de defensa y el primer ministro, y se prolongó durante meses. ¿Por qué? ¿Y por qué Netanyahu y Gallant no dieron instrucciones inmediatas para evacuar (incluida una reprimenda a las FDI por no hacerlo hasta ahora)?
Estas preguntas no tienen buenas respuestas.
Y ahora la situación se ha vuelto aún más complicada: incluso si el incidente del lanzamiento de cohetes fue llevado a cabo por un partido que no sea Hezbolá, no hay posibilidad de que Nasralá no le haya dado luz verde. Nasrallah dejó en claro el jueves que exige que Israel cancele la «ocupación» de la aldea de Ghajar, según su reclamo, incluida la cancelación de la posibilidad de permitir que una gran cantidad de israelíes ingresen a la aldea, que se ha convertido en una atracción turística. La amenaza de Nasrallah es que si Israel «viola» los entendimientos en Ghajar, entonces Hezbollah también puede hacerlo en el Monte Dov y otras áreas.
El incidente del tiroteo es la señal de la organización: restaurarán la barrera en Ghajar y retiraremos las tiendas. Natural y comprensiblemente, Israel se opone a esto, y sería una sumisión digna si esta postura cambiara. Por lo tanto, las discusiones actualmente se centran en la cuestión de cuándo y cómo evacuar las tiendas: si continuar los contactos diplomáticos o recurrir a la evacuación forzada y arriesgarse a una confrontación.
Cada vez se escuchan más voces entre los generales de alto rango de las FDI, y no entre aquellos que no estaban dispuestos a tolerar las provocaciones en el pasado, afirmando que no habrá más remedio que enfrentar enfrentamientos limitados dados los acontecimientos generales en la frontera. Y si ese choque no se da alrededor de la carpa, entonces será otra oportunidad para que Hezbolá realice una acción de provocación que también tendrá éxito.
La conclusión, basada en los mismos factores, es que Israel debe tomar la iniciativa, con el objetivo de restaurar la frontera al menos a los días de 2006 y despejarla tanto como sea posible de las fuerzas de Hezbolá. Esas fuerzas, en tiempos de guerra, supondrán un importante desafío para la defensa de los asentamientos adyacentes a la frontera con intensos bombardeos e infiltraciones. De cualquier manera, cuando el norte está tan caliente, la chispa más pequeña puede encender toda la región.
Fuente: Ynet- Traducido por UnidosxIsrael
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