Cómo evitar una tercera Guerra del Líbano

El congresista norteamericano Mark Dubowitz, exoficial de inteligencia del Cuerpo de Marines, alerta sobre la creciente tensión en la frontera israelo-libanesa y propone una serie de medidas para evitar el estallido de un nuevo conflicto en la región.

En un raro momento de desacuerdo entre Benjamín Netanyahu y Donald Trump, el primer ministro de Israel rechazó el mes pasado el acuerdo de alto el fuego [promovido por] EEUU y Rusia [porque] dice que podría consolidar la acumulación de fuerzas de Hezbolá e Irán a lo largo de la frontera israelí con Siria.

El señor Netanyahu tiene una buena razón para estar preocupado. El jefe de la inteligencia militar israelí, general Herzl Halevi, confirmó en junio (…) [que] los Cuerpos de la Guardia Revolucionaria Islámica de Irán, junto con Hezbolá, están levantando instalaciones para la producción de misiles en el Líbano.

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La oficialidad israelí viene advirtiendo de que la próxima guerra [israelo-libanesa] podría ser mucho más devastadora que la última. Y hacen responsable a Beirut de la acumulación de misiles por parte de Hezbolá [150.000, según las estimaciones al uso]. (…)

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La Administración Trump debería dejar claro al primer ministro del Líbano Saad Hariri, que es de su responsabilidad el desmantelamiento de esas instalaciones, así como asegurar que el sur del Líbano queda libre de “cualquier personal armado, activos y armas” que no estén bajo el control directo del Gobierno libanés, como exige la Resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas.

Los diplomáticos israelíes están pidiendo a Washington que asimismo considere otros medios para contener a Irán. Por su empleo de civiles como escudos humanos, Hezbolá y su patrono iraní deberían ser sancionados por EEUU y por Europa, por cometer abusos contra los derechos humanos de manera masiva que han de ser considerados crímenes de guerra.

(…)

Y si las sanciones no funcionan, se debería dar a Israel el margen que precise para hacer frente a la amenaza empleando todos los medios a su disposición.

Eyal Zisser, de la Universidad de Tel Aviv, hace un análisis de situación en Siria y concluye que los grandes triunfadores de la guerra, que él da por concluida, son Rusia y, sobre todo, la República Islámica.

(…) Rusia es el gran vencedor de la guerra civil siria. Sus fuerzas militares están desplegadas por todo el país, incluso en el sur, cerca de la frontera con Israel y Jordania. Sorprendentemente, los soldados rusos son a menudo bienvenidos por los habitantes de las mismas localidades que hasta fechas bien recientes eran reducidas a escombros por los aviones rusos. Los habitantes de Oriente Medio valoran el poder, y saben qué tienen que hacer para sobrevivir en la realidad imposible de nuestra región.

Pero los rusos no habrían llegado tan lejos sin Irán, que aún sigue siendo un socio vital para los intentos de Moscú de preservar la frágil calma en Siria. Después de todo, no fueron los aviones rusos, ni las unidades rusas de policía militar. lo que determinó el resultado [de la contienda]: fueron los iraníes y sus aliados, voluntarios chiíes y combatientes de Hezbolá. Irán no va a dejar que se le vaya la presa de las manos (…), y tiene la paciencia necesaria para esperar hasta que le llegue el momento de recoger las ganancias. En el entretanto, Teherán está reforzando sus posiciones en las mismas zonas que Rusia liberó por ella. (…)

La realidad ha cambiado en Siria y el Líbano, e Israel haría bien en prepararse para que lo que venga.

En Real Clear Defense, Jonathan Schanzer y Toby Dubowitz, de la Foundation for Defense of Democracies (FDD), comentan la reciente decisión del Tribunal Europeo de Justicia de considerar terrorista a la organización islamista palestina que detenta el poder en la Franja de Gaza desde hace ya diez años.

(…), la corte tomó la decisión correcta, y [el] Tribunal General [Europeo] debería mantener[la] (…) De manera poco sorprendente, Hamás no está de acuerdo [y] ha empezado a hacer lobby en el Parlamento Europeo aduciendo que su brazo armado (…) debería ser considerado aceptable.

Pero el Parlamento Europeo no debería dejarse influir. La razón de ser de Hamás es el terrorismo; su objetivo es matar no sólo a israelíes sino la mera perspectiva de [un acuerdo de paz] entre Israel y los palestinos. La evidencia al respecto desde la fundación de Hamás, en 1987, es abrumadora. Ningún desafío técnico o burocrático puede borrar sus 30 años de bagaje sanguinario y brutal.

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Fuente: El Medio

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