También el lunes, Ash y el primer ministro Naftali Bennett se reunieron para formular planes para el período posterior al final de las restricciones actuales del coronavirus.
«En este momento, con los datos actuales, las restricciones no se pueden eliminar porque todavía no hay ninguna [información] nueva o suficiente sobre la [variante] de Omicron», dijo el director general del Ministerio de Salud, Nachman Ash, cuando se le preguntó sobre las restricciones a los pasajeros para entrar en Israel y los requisitos de cuarentena para los vacunados, el lunes por la noche.
«Algunos de los informes que estamos escuchando son tranquilizadores y otros son preocupantes», dijo Ash. «Hay informes de una mayor morbilidad en los niños, de más infecciones y hospitalizaciones, pero estos informes no están bien establecidos. Sabremos más antes del fin de semana, pero mientras tanto, querremos extender las restricciones existentes».
En cuanto a la cuarentena y la investigación epidemiológica de los infectados con la variante Omicron, Ash dijo: «La mayoría de los casos confirmados están cooperando, pero hay quienes se niegan a proporcionar una muestra y personas que se niegan a ser llevados a un [estado -Ejecutar cuarentena] hotel. Hay dificultades con las investigaciones, no es algo que no hayamos encontrado en el pasado, pero llevamos dos años en la pandemia, lidiando con una variante más peligrosa y violenta, y todo esto se interpone en el camino «.
En cuanto a las conversaciones planificadas sobre la posibilidad de vacunar a los israelíes con una cuarta dosis de la vacuna contra el coronavirus de Pfizer, el jefe del Ministerio de Salud dijo que «solo serán para los inmunodeprimidos por ahora. Estamos siguiendo a los vacunados con una tercera dosis, y no hay señales de una disminución [en la eficacia de la vacuna] «.
También el lunes, Ash y el primer ministro Naftali Bennett se reunieron para formular planes para el período posterior al final de las restricciones actuales del coronavirus.
Aunque no se ha establecido un límite de tiempo para las restricciones actuales, los dos discutieron los cambios que harían que las personas vacunadas que regresan de los países «amarillos» se sometan a una prueba de PCR al aterrizar y se pongan en cuarentena durante un período de 24 horas en casa. Las personas no vacunadas que regresen de países «amarillos» y «naranjas» tendrían que ponerse en cuarentena durante siete días y proporcionar dos resultados negativos de la prueba de PCR, uno el primer día y otro el séptimo día de cuarentena.
Además, los pasajeros no vacunados que regresen de estados «rojos» deberán ser puestos en cuarentena en un hotel de cuarentena administrado por el estado a su cargo hasta que puedan proporcionar un resultado inicial negativo de la prueba de PCR, de acuerdo con los cambios propuestos en la política. Al recibir un resultado negativo en la prueba, tendrían que autorizar a la agencia de seguridad Shin Bet a rastrear su teléfono celular, después de lo cual podrían poner en cuarentena en casa durante siete días. La liberación de la cuarentena se aprobaría si se proporciona un resultado negativo de la prueba de PCR.
Cuando se apruebe la nueva política, las personas vacunadas que regresen de los estados «naranjas» deberán proporcionar resultados negativos de la prueba de PCR al aterrizar y tres días después de aterrizar en Israel. El período de cuarentena obligatorio se reducirá a 24 horas o hasta que se proporcione una prueba negativa, lo que ocurra primero. Los israelíes vacunados que regresen de los estados «rojos» deberán proporcionar un resultado negativo de la prueba de PCR el día que aterricen en Israel, así como el séptimo día de la cuarentena en casa.
El gobierno se reunirá para discutir los datos actuales de morbilidad en Israel y en todo el mundo a finales de esta semana.
Mientras tanto, en el mandato de vacunación más amplio de cualquier estado o gran ciudad en los EE. UU., el alcalde de la ciudad de Nueva York, Bill de Blasio, anunció el lunes que todos los empleadores privados en la Gran Manzana, desde los grandes bancos de Wall Street hasta las tiendas de comestibles de la esquina, necesitarían exigir sus trabajadores se vacunan contra COVID-19.
La medida se produce cuando los casos están aumentando nuevamente en los EE. UU. y la variante de Omicron, preocupante pero poco entendida, está ganando terreno en la ciudad más grande del país y en otras partes del país.
«En la ciudad de Nueva York hemos decidido utilizar un ataque preventivo para hacer algo realmente audaz para detener el crecimiento de COVID y los peligros que nos está causando a todos», dijo.
De Blasio, un demócrata al que le quedan solo unas semanas en el cargo, dijo que el mandato entrará en vigencia el 27 de diciembre y que los trabajadores en persona deberán proporcionar pruebas de que han recibido al menos una dosis de la vacuna. No se les permitirá optar por no aceptar en su lugar pruebas COVID-19 regulares.
La medida se aplicará a aproximadamente 184.000 empresas no cubiertas por mandatos anteriores de vacunas, que van desde corporaciones multinacionales hasta empresas familiares en la ciudad de 8,8 millones de habitantes, según un portavoz del alcalde. La población activa del sector privado de la ciudad es de 3,7 millones.
Además, cualquier persona de 12 años o más que quiera cenar en el interior de un restaurante, ir a un gimnasio o ver un espectáculo deberá presentar un comprobante de haber recibido dos inyecciones de la vacuna, frente al requisito actual de una dosis, dijo el alcalde. dijo. Y los niños de 5 a 11 años deberán mostrar prueba de al menos una vacuna.
De Blasio dijo que las medidas tienen como objetivo evitar un pico de infecciones en medio de las reuniones navideñas y el clima frío, que lleva a más personas a interiores, donde el virus se puede propagar más fácilmente.
Phil Penta, que dirige una tienda de comestibles especializada llamada Three Guys de Brooklyn, dijo que el mandato inminente podría ponerlo en un aprieto al obligarlo a despedir a empleados valiosos que se resisten a la vacuna.
«Todos quieren hacer lo correcto, pero lo correcto es diferente para todos», dijo Penta, quien dijo que la gran mayoría de sus aproximadamente tres docenas de empleados han sido vacunados. Añadió: «Respeto el derecho a decir que no quieren tomarlo».
Las reglas de vacunación en los estados y ciudades varían ampliamente, algunos estados se resisten a cualquier mandato y otros exigen las vacunas para los empleados del gobierno o ciertos sectores que corren un riesgo particularmente alto, como los trabajadores de la salud.
Pero ningún estado ha anunciado un mandato amplio para el sector privado como el de la ciudad de Nueva York, según datos compilados por la Academia Nacional no partidista de Políticas de Salud del Estado.
El presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, buscó imponer un mandato de menor alcance a nivel nacional, requiriendo que los empleados de empresas con 100 o más trabajadores se vacunen o se sometan a pruebas periódicas. Pero los tribunales federales han bloqueado ese plan por ahora antes de la fecha límite del 4 de enero.
De Blasio dijo que espera que su mandato sobreviva a cualquier desafío legal. Los empleados podrán solicitar exenciones religiosas o médicas.
El alcalde dijo que dará a conocer más detalles la próxima semana sobre cómo se hará cumplir el mandato.
En esta captura de pantalla, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, habla durante una conferencia de prensa virtual, 2 de diciembre de 2021 (AP)
Aproximadamente 5,9 millones de los 7 millones de adultos mayores de 18 años en la ciudad de Nueva York han recibido al menos una primera dosis. Eso se traduce en 84%. Aproximadamente 5,8 millones de neoyorquinos de todas las edades están completamente vacunados.
Se han informado casos de la variante Omicron en aproximadamente un tercio de los estados, pero los científicos aún no pueden decir con certeza si es más peligrosa que las versiones anteriores.
Los expertos en salud de EE. UU. Han instado encarecidamente a las personas a que se pongan sus vacunas y un refuerzo, diciendo que creen que la vacuna seguirá ofreciendo protección contra la nueva variante.
La variante Delta todavía representa prácticamente todas las infecciones en los EE. UU., Y un aumento en los casos en las últimas semanas ha inundado a los hospitales, especialmente en el Medio Oeste y Nueva Inglaterra.
La ciudad de Nueva York tiene un promedio de poco menos de 2,000 casos nuevos de COVID-19 por día, frente a los 820 por día a principios de noviembre.
«La vacunación es el arma central en esta guerra contra COVID. Es lo único que ha funcionado cada vez en todos los ámbitos», dijo de Blasio en una conferencia de prensa virtual.
«Mucha gente para mí en el sector privado me ha dicho que cree en la vacunación, pero no están muy seguros de cómo pueden hacerlo ellos mismos», continuó. «Bueno, lo haremos».
Ya se requieren vacunas en la ciudad de Nueva York para los trabajadores de hospitales y hogares de ancianos y para los empleados de la ciudad, incluidos maestros, oficiales de policía y bomberos. La semana pasada se anunció un mandato de vacunación para los empleados de escuelas privadas y religiosas.
Algunos otros empleados del sector privado, incluidos los de restaurantes, gimnasios, teatros y otros sitios de entretenimiento, también debían vacunarse según las reglas emitidas anteriormente por el alcalde.
De Blasio, quien deja el cargo a fines de mes y ha indicado que podría buscar la nominación para gobernador de Nueva York el próximo año, ha buscado presentarse como un líder nacional en la lucha contra el COVID-19. Sus otros mandatos de vacunas han sobrevivido en gran medida a los desafíos legales, y le ha atribuido a la política el aumento de las tasas de vacunación entre los reacios.
El nuevo mandato entra en vigor días antes de que De Blasio deje el cargo y el demócrata Eric Adams debe jurar. Evan Thies, portavoz de Adams, dijo en un comunicado que el alcalde electo «evaluará este mandato y otras estrategias de COVID cuando está en el cargo y toma determinaciones basadas en la ciencia, la eficacia y el asesoramiento de los profesionales de la salud «.
La Cámara de Comercio del Gran Nueva York, que incluye unas 30.000 empresas, grandes y pequeñas, dijo que apoya las medidas más estrictas.
Pero otros grupos de la industria dijeron que el plan aumentaría la presión sobre las empresas que aún luchan por recuperarse de la pandemia y encontrar suficientes empleados.
Kathryn Wylde, presidenta y directora ejecutiva de Partnership for New York City, un grupo empresarial líder, dijo que no está claro quién hará cumplir el mandato y si es incluso legal.
«Es difícil imaginar que el alcalde pueda hacer lo que se le reta a lograr al presidente», dijo Wylde.
Fuente: IsraelHayom- Traducido por UnidosxIsrael
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