«Estamos tratando de reconstruir algo nuevo a partir de las ruinas de nuestras vidas, pero nuestras mentes todavía están con las jóvenes que quedan allí».
Uno de los rehenes israelíes liberados dijo el lunes que «al menos tres mujeres fueron agredidas sexualmente por sus captores de Hamas».
«Fue una situación sin precedentes», contó el lunes Chen Goldstein-Almog, rehén liberada, tras ser liberada del cautiverio de Hamás, donde estaba retenida junto con sus tres hijos.
«Asumimos que Israel se abstendría de cualquier acción militar. Que primero garantizarían nuestra liberación segura y luego cumplirían con las demandas de los captores. Sin embargo, a medida que pasaron los días, nos dimos cuenta de la complejidad de la situación. La escalada de ataques de la fuerza aérea hizo «Tememos que nos estén sacrificando por propósitos estratégicos mayores».
Look at them.
Almog-Goldstein family.On the 7th of October Hamas terrorists infiltrated their home in Kibbutz Kfar Aza in southern Israel and unleashed a brutal and murderous attack.
Nadav, the father, was murdered.
Chen, the mother, was kidnapped to Gaza.
Yam (20) was…
pic.twitter.com/dN7owMDf8U— Yonatan Gonen (@GonenYonatan)
October 28, 2023
«Escuchamos tres relatos de primera mano y otra historia que nos fue transmitida», continuó, «sobre incidentes que ocurrieron unas semanas después de nuestra estancia en Gaza. Estas mujeres sufrieron daños físicos. La forma en que fueron abusadas sexualmente y sus cuerpos violados deja claro que no sabían cómo afrontar la situación. Si los hubieran liberado antes, podrían haberse salvado de este trauma. También vimos a un joven que fue golpeado».
Respecto al secuestro, detalló cómo ella y sus hijos comprendieron rápidamente que Nadav, el padre de la familia, y su hija mayor, Yam, habían sido asesinados en su casa.
«A algunos de nosotros nos rechazaron, pero todos pasamos junto a él mientras yacía allí, y nunca nos separamos de su lado. Nos dimos cuenta de la gravedad de la situación en el camino. Cuando nos llevaron, les dije a mis hijos: ‘Yam ciertamente ya no esta con nosotros.’ Y Nadav también, fue un disparo a quemarropa en el pecho. Resulta que los dejaron en la casa durante varios días antes de que pudieran ser recuperados». En cautiverio, después descubrimos que no era sólo uno de nuestros guardias, sino varios, los que habían asaltado nuestra casa».
La familia fue trasladada debido a los ataques en Gaza
Mencionó que ella y sus hijos nunca estuvieron separados: «Siempre estuvimos juntos. Hubo más represión emocional durante nuestro tiempo allí. Nuestra libertad estaba restringida, las comidas eran poco frecuentes y, en ocasiones, pasábamos hambre».
«Pasamos un mes y medio en un apartamento céntrico con línea telefónica», describió el lugar de su cautiverio, «luego hubo una especie de pérdida de control. También sentimos su impotencia. Los ataques aumentaron hasta tal punto que los edificios en los que estábamos sufrieron daños, lo que llevó a un cambio más intensivo de nuestras ubicaciones».
Chen testificó sobre su sorpresa: «Me sorprendió la compostura de mis hijos el día que fuimos capturados y su resistencia durante toda la terrible experiencia».
Lo que la sorprendió, explicó, fue «la confianza con la que se comunicaron con nuestros captores en hebreo. Aprendieron muchas palabras en árabe. Escribieron y dibujaron mucho. Se acumularon muchos materiales y dijeron que nos los traerían pero nunca lo hicieron».
Ella relata un caso singular de intimidación: «Hubo una amenaza cuando algo en la forma en que me movía, o más bien con demasiada libertad, en el primer apartamento al que nos llevaron, les pareció extraño. Había una amenaza inminente de que podría ser lastimada, pero nunca se materializó. Esa fue la única vez que me sentí amenazada de esa manera».
Al compartir sus pensamientos sobre su liberación, dice: «Pasaron dos o tres días después de que nos dijeron ‘hoy estás en la lista’ para que nuestra liberación realmente ocurriera. Las chicas que estaban con nosotras se regocijaron por nosotras y nosotras también estábamos muy contentas. pero fue una felicidad cautelosa. Hasta que realmente nos fuimos, no nos permitimos ser demasiado felices, para evitar decepciones. Soportamos muchas decepciones a lo largo de nuestro cautiverio.»
Reflexionando sobre las consecuencias, dice: «Todavía estoy procesando todo. Estoy aquí en el presente, abrumada por pensamientos sobre lo que pasamos y los que quedan atrás», afirma, «estamos tratando de reconstruir algo nuevo de las ruinas de nuestras vidas, pero nuestra mente todavía está con las jóvenes que quedaron allí. Han pasado dos semanas y todavía están allí».
que quedaron allí. Han pasado dos semanas y todavía están allí».
Y comparte más: «Las jóvenes que estaban con nosotros nos confiaron numerosos mensajes para sus familias. Estoy segura de que están luchando con las emociones difíciles de quedarse atrás. Esperábamos que las niñas que se quedaron fueran liberadas un uno o dos días después de nosotros. Llegó Januca y todavía no están aquí, lo cual es desalentador, frustrante y exasperante».
Respecto a los cautivos restantes, afirma: «Hay que hacer todo lo posible para rescatarlos. Las mujeres, las mujeres heridas, las mujeres soldado, los niños civiles, los soldados, los adultos. Hay que sacar a todos. Esta terrible experiencia no debe destrozarlos. Se enfrentan a peligros diarios y necesitan urgentemente atención médica y psicológica».
Fuente: JPost- Traducido por UnidosxIsrael
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