Pastor Come Insectos, Ratas Y Sapos Para Sobrevivir En Prision

En las Tierras Centrales de Vietnam, los pastores presos por causa de fe están pasando por un tiempo desesperante, enfrentando condiciones precarias, que dificultan su supervivencia.

 

Los pastores en juicio rara vez tienen acceso a un abogado, y el tiempo estipulado para la pena es casi irrelevante, pues los funcionarios del campo de trabajo pueden extenderlo indefinidamente debido a las mínimas valoraciones de los detenidos.

 

 “Un pastor que conocemos fue sentenciado a 11 años de prisión, pero su pena ya se ha ampliado a 20 años”, dijo Su *, el director de un ministerio cristiano local a la Christian Aid Mission (CAM). “Esto sucede si el detenido se retrasa o no cumple cada detalle de sus tareas”.

 

Los líderes de las iglesias registradas y no registradas dejaron Vietnam en lugar de someterse a los requisitos gubernamentales de que sus iglesias se unan a una sola denominación mayor para que las autoridades puedan monitorear mejor sus acciones.

 

Los líderes cristianos que ya están atrapados -cerca de 42- están al borde de la locura después de permanecer más de 10 años en condiciones precarias de supervivencia. Recientemente, 15 otros líderes de iglesias no registradas en la provincia de Gia Lai, así como siete de la provincia de Dak Lak, fueron condenados a prisión por haber practicado su fe, según la Christian Aid Mission.

 

Las condiciones de vida en las prisiones son difíciles, particularmente por patrones en Occidente. Los presos reciben sólo un tazón de arroz al mediodía y otro por la noche.

 

“Para tener suficiente nutrición, las familias de los detenidos necesitan suministrar alimentos adicionales, como vegetales y otros tipos de alimentos”, dijo Su. “La prisión sólo da cerca de 10 a 20 kilos de comida por mes, dependiendo de la ubicación, a veces la prisión está muy lejos, que reciben visitantes sólo algunas veces al año debido a la distancia de viaje”.

 

Algunos pastores detenidos no tienen ningún apoyo externo, lo que acaba empeorando su situación en la cárcel.

 

La familia de un pastor  no puede visitarlo, él está en una celda privada y se está alimentando sólo con arroz, tiene hambre y desnutrido, acaba teniendo que comer insectos, ratas, sapos, todo lo que está disponible para No morir de hambre, cuando los carceleros permiten que el detenido salga de su celda, después de uno o dos meses de confinamiento, apenas puede caminar, apenas se arrastra, no aguanta”, destacó el relato de la organización cristiana.

 

No son sólo los pastores que se enfrentan a la persecución. Muchas familias cristianas en las aldeas rurales también enfrentan presiones por el nuevo estilo de vida que siguen después de convertirse al cristianismo.

Fuente: Ante el Peligro de Apartarse de Dios

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