Rob y Shelly Wall son los padres de un bebé que se creyó que no sobreviviría fuera del útero de su madre, pues tenía una serie de afecciones que le impedían hacerlo, pero la más grave de ellas es que su cabeza se llenaba de líquido y no había posibilidad de que su materia gris estuviera completa.
Cuando Shelly tenía 20 semanas, fue a realizarse los exámenes pertinentes esperando que su bebé estuviera sano, pero el resultado para ella y su esposo fue todo lo contrario: una espina bífida que impide que crezca correctamente y también hidrocefalia, que es liquído en el cráneo.
A pesar de estas negativas, el bebé nació y le colocaron como nombre Noé, rápidamente los médicos empezaron a evaluar su estado de salud y drenar el líquido del cerebro sin saber que esto le provocaría que la materia que contiene no sería la más densa, ya que del proceso sólo quedaría el 2% de ella; pero Noé siguiendo evolucionando porque su tronco cerebral quedó intacto.
Pasados tres años, se sometió a estudios para chequear su materia gris con la sorpresa de que en ese tiempo su cerebro creció de manera exponencial y el 80% de su cerebro había sido restaurado; su doctor, Gregory Scott, cree tener cierta explicación científica pero todo se lo atribuye a Dios y sus milagros, porque este caso no tuvo explicación.
La vida de Noé ha sido lo bastante normal para un niño de 6 años, que es su edad actual, pues poco a poco ha aprendido a superar los obstáculos que se le han presentado, “Noah lo está haciendo increíblemente bien; puede escribir, sabe cómo deletrear su nombre, puede mantener una conversación”, expresó su madre.
Su historia será llevada a la pantalla grande con el título “Miracle Child”, y será exhibida en los días previos a Navidad.
Fuente: Biblia Todo
