Una inspiradora historia de Frontiers, una organización misionera que busca llegar a los musulmanes para Cristo en todo el mundo, conto lo que le paso a un ex musulmán perseguido dice que Jesús personalmente le ministró mientras estaba encarcelado por leer su Biblia.
El hombre, cuyo nombre ha sido cambiado a Hamid por su seguridad, se encontró por primera vez con Jesús después de que su hermano lo evangelizara. Hamid permaneció tímido acerca de su fe y dudaba en hablar de ello o compartirlo con otros, hasta que un misionero de Frontiers lo ayudó a crecer en su comprensión de Jesús.
Un día, Hamid se sentó en un parque leyendo su Biblia. Cuando los oficiales de policía lo vieron, lo llevaron a la cárcel a pesar de no haber roto ninguna ley. Hamid estaba completamente aterrorizado, dice Frontiers. “Se sintió miserable mientras yacía tiritando en el piso frío y desnudo de la celda. Durante toda la noche, solo durmió a ratos “.
Ahí fue cuando ocurrió el milagro de Hamid. Soñó que Jesús vino a él en la noche, lo abrazó y lo cubrió con una manta. Hamid despertó al día siguiente con una “sensación poco común de paz en las profundidades de su alma”. Entonces, se sorprendió al descubrir que, de hecho, estaba cubierto por una manta, ¡la que Jesús le había dado en su sueño!
Cuando los guardias de la cárcel encontraron a Hamid con la manta, se sorprendieron y tuvieron miedo. Hamid fue liberado y regresó a su casa.
La noche siguiente, Hamid tuvo otro sueño en casa. Jesús volvió a él y le dijo que compartiera el Evangelio.
“En el pasado, esto habría llenado de miedo a Hamid. Él nunca había compartido el mensaje de Jesús con nadie antes. Pero esa mañana se despertó con la confianza de poder hacerlo.
Él sabía que no tenía nada que perder. Su noche en prisión le había demostrado que Cristo siempre está con él y que su amor perfecto arrojo el miedo “, dijo un trabajador de campo de Frontiers. “Incluso si compartir las Buenas Nuevas causó más persecución a Hamid, se dio cuenta de que la presencia personal del Señor sería más que suficiente para sostenerlo”.
Fuente: Ante el Peligro de Apartarse de Dios
