La Iglesia Evangélica Asamblea de Dios Camino Recto, en el municipio de Juína (a 800 km de Cuiabá, capital de Mato Grosso), sufrió la noche del martes (07) durante un servicio de enseñanza bíblica, la irrupción de un grupo de seis hombres que destrozaron toda la iglesia.
Según los informes del pastor y de algunos creyentes, contados a Juína News, después de entrar en la iglesia los hombres destruyeron las paredes, lámparas y otros objetos.
El pastor afirmó que, aunque tiene la documentación de la donación del terreno, así como la documentación de la iglesia, uno de los hombres jóvenes que destruyeron la iglesia, que según el pastor es un empresario local, afirmó ser el propietario del terreno durante 20 años, pero no mostró ningún documento que demostrara su propiedad.
La sencilla iglesia de madera fue construida con recursos de la comunidad evangélica de la que forma parte la congregación.
La violenta acción hizo que el pastor temiese por la vida de los otros creyentes, lo que le hizo cancelar el servicio de enseñanza bíblica que se estaba celebrando. Según él, esa fue la forma que encontró para asegurar y salvaguardar la integridad física de las personas, que también estaban en el lugar para orar y alabar a Dios.
Se dio aviso a la policía militar, que acudió al lugar, registrando los hechos y orientando al pastor para que buscara la comisaría y registrara una denuncia policial.
Asimismo, según los relatos del pastor Carlos Augusto, antes de iniciar la predicación el empresario llegó con un mazo y una palanca y dijo que, como el pastor no tenía dinero, lo rompería todo.
Horas antes, el joven había dicho que quemaría el edificio de la iglesia y que luego pasaría una máquina para limpiar el terreno. Por la noche fue a la iglesia con algunos hombres y rompió todo.
Sorprendido, el pastor dijo que no esperaba una reacción así de un ser humano, ya que considera a todos como hermanos y hermanas.
José Fagundes De Oliveira, un miembro de la iglesia que vive cerca, dijo que cuando se dio cuenta de la invasión fue al lugar y presenció las «escenas de horror», donde además de los hombres que ayudaron al sospechoso a romper toda la iglesia, había más personas fuera dando cobertura.
Según los informes, los invasores también demolieron la cantina que servía de recreo a los niños de la comunidad.
José Fagundes informó que «los hombres llegaron al lugar en varias motocicletas e hicieron una destrucción total».
La esposa del pastor, Neusa Silva, también habló con el reportero, y dijo que estaba triste y conmocionada porque nunca esperó una situación así en un templo religioso. En el momento de los hechos, estaba con varios niños en la iglesia, que fueron retirados del lugar, llorando.
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Fuente: Biblia Todo
