Análisis: Las conversaciones entre Hamas y Egipto sobre un acuerdo con Israel están en un callejón sin salida y abunda el pesimismo. Abbas persiste con sus amenazas y las tensiones van en aumento. Con una situación tan compleja, es difícil saber a dónde se dirige.
Por Elior Levy
A principios de esta semana, otra ronda de conversaciones terminó en El Cairo entre el liderazgo de Hamas y altos funcionarios de inteligencia egipcios sobre el proceso de reconciliación con Fatah y los esfuerzos para alcanzar un acuerdo con Israel en la Franja de Gaza. Las negociaciones se han estancado durante más de un mes y no se vislumbra un avance en Egipto. La Autoridad Palestina se niega a mostrar flexibilidad en sus posiciones y exige recibir a todas las autoridades en la Franja de Gaza (incluida la seguridad) al mismo tiempo, mientras que Hamas, por su parte, no está dispuesto a renunciar a sus armas y ala militar. El pesimismo abunda, tanto en la Franja de Gaza como en Cisjordania, sobre alcanzar un acuerdo.
Entonces, ¿por qué Cairo sigue invirtiendo esfuerzos en lo que parece ser una causa perdida? La razón está arraigada en cosas que suceden bajo la superficie a las que los egipcios no están dando expresión pública, que están vinculados indirectamente a la escalada en la frontera entre Israel y Gaza durante el último mes.
Los egipcios están tratando de implementar movimientos destinados a calmar las tensiones, y hay indicios de que El Cairo podría estar considerando concentrarse en las conversaciones de alto el fuego entre Israel y Hamas y abandonar, al menos en esta etapa, los esfuerzos de reconciliación. Hay dos razones para eso: una, la inutilidad de los esfuerzos de reconciliación; la segunda y más importante razón es que Egipto siente que Israel y Gaza se están acercando peligrosamente a una escalada.
¿Comparte Gaza la evaluación egipcia sobre las posibilidades de alcanzar un conflicto militar en toda regla en la Franja? Aparentemente no. Hamas cree que, en este punto, que Israel desea evitar un conflicto militar en Gaza debido a las tensiones en la frontera norte que enfrenta el eje Irán-Siria-Hezbollah, y así la organización terrorista se permite probar los límites y escalar la violencia en la frontera.
La carta que Hamás está jugando actualmente es su “Unidad de engaño”, que es responsable de los violentos enfrentamientos en la frontera todas las noches bajo la cobertura de la oscuridad. El nombre de la unidad no es más que el lavado de idiomas en sí mismo. En realidad, la “Unidad de engaño” está liderada por el ala militar de Hamas. ¿Y cuál es la próxima carta de la organización? La “Unidad de Al Dabab (niebla)”, que aprovechará el clima invernal que se avecina para acercarse a la valla fronteriza al abrigo de la niebla y sabotearla.
El mayor enemigo de Hamas: Abbas
En este delicado rompecabezas también hay un jugador que se hizo muy significativo: Mahmoud Abbas. Hamas no tiene un enemigo más grande en este momento. Su amenaza, que cualquier acuerdo firmado sin la Autoridad Palestina y que se limite a Gaza lo lleve a detener por completo la ayuda mensual de la AP a la Franja, está causando conmoción en Gaza.
Israel no ha prestado mucha atención a este tema, pero el presidente palestino planteó nuevamente esta amenaza en el escenario mundial en la Asamblea General de la ONU la semana pasada. Si bien Israel se enfocó principalmente en la parte de su discurso en el que envía sus cordiales saludos a los shahids (mártires) y prisioneros, la conversación en la Franja de Gaza y Cisjordania se centró únicamente en la amenaza de imponer más sanciones a Gaza.
La ayuda mensual de la Autoridad Palestina a Gaza actualmente es de $ 96 millones, y actualmente no hay un jugador internacional que pueda garantizar un cheque de $ 100 millones a la Franja cada mes. Si alguien en Israel piensa que recortando el dinero de los impuestos de la Autoridad Palestina sería posible proporcionarle a Gaza la suma que necesita para mantener su cabeza fuera del agua, debería pensar de nuevo. Israel cobra un promedio de $ 10 millones en impuestos para la Autoridad Palestina. Es un poco más del 10 por ciento del presupuesto mensual de la Franja, por lo que no son más que unas pocas gotas en el mar salado de Gaza.
Hamas tiene planes de contingencia en caso de que Abbas cumpla su amenaza. Una de las posibilidades que se están examinando es expulsar a todos los empleados de la Autoridad Palestina de la Franja de Gaza, incluidos los que operan los cruces fronterizos. Hamas se enfrentará a dos opciones: una, un cierre completo del cruce de Kerem Shalom con Israel, a través del cual los productos entran en la Franja y copiando su modelo al cruce de Rafah (y, para ese fin, Hamas ya ha construido una terminal de combustible en el lado palestino del cruce de Rafah). La segunda opción es traer compañías “civiles” para operar los cruces, para que sirvan de amortiguador entre Israel y Hamas.
¿Escogerá Egipto el camino del acuerdo para prevenir un conflicto militar en Gaza, incluso a costa de un divorcio entre la Autoridad Palestina y la Franja de Gaza? ¿Esto a su vez llevará a Abbas a cumplir su amenaza, lo que necesariamente aumentaría las posibilidades de una guerra entre Israel y Hamas? La comunidad internacional también está preocupada, y por lo tanto, en los últimos días, los jugadores internacionales han estado enviando mensajes de Ramallah a través de varios canales diferentes, diciendo que si Abbas recorta los fondos para Gaza, en respuesta recortarán los fondos de donación destinados a la Autoridad Palestina.
¿Alcanzará esta amenaza su objetivo? Abbas en 2018 es un hombre impredecible, intransigente y desinhibido. Y así, al poseer todas las piezas de este rompecabezas, es posible comprender por qué es tan difícil y complejo evaluar hacia dónde nos dirigimos en los días y semanas por venir.
Fuente: YNet- Traducido por UnidosxIsrael
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