Los conflictos en la vida de Walter Heyer se iniciaron a los cuatro años de edad cuando su abuela, por alguna razón, comenzó a poner los vestidos de niña. “Cuando tenia 5 años, ella me hizo poner un vestido largo”, relató al sitio God Reports.
La actitud de la abuela le causó un conflicto interno que se ha intensificó en el período escolar, cuando desarrolló una doble personalidad. “¿Quién soy yo? Soy realmente una niña o un niño?” eran las preguntas que rondaban la mente de Walter.
El conflicto continuó hasta la época de la universidad, cuando comenzó a trabajar como ingeniero aeroespacial y se casó con una mujer que conoció en la iglesia. Incluso después del nacimiento de sus dos hijos, Walter no podía evitar la sensación de que había una mujer en el.. Fue cuando comenzó a asistir a bares en secreto como un travesti.
Cuando Walter sintió que ya no podía soportar este conflicto, decidió buscar ayuda médica. El especialista le aconsejó someterse a una cirugía de cambio de sexo, tomando hormonas y convertirse en una mujer.
Walter esperó dos años para confesar la situación y compartir sus planes para su esposa. Ella pidió el divorcio y se fue a casa con los niños.
Después de seguir adelante con la cirugía de cambio de sexo, Walter se consiguió sin trabajo, sin dinero y sin hogar. Vivía en un parque en California entregado al alcohol, y a menudo pensaba en el suicidio.
Hasta que fue encontrado por un amigo, quien le presentó a un pastor que le ofreció refugio en su casa. “La familia me abrazó. La hija del pastor me permitió quedarme en su habitación y dormía en el sofá. Ellos me abrazaron y me querían. No me desecharon, más usaron la palabra de Dios para sanar mi vida”, recuerda.
Después de dos años de estudio en psicología, llegó a una conclusión sorprendente: “Me di cuenta de que nadie cambia de género . Esto es un mito, una fantasía, es un engaño del enemigo, un trastorno”, dijo.
Su nombre se formalizó como Walter y volvió a vestirse de nuevo como un hombre.
“Pude ver al Señor Jesucristo, y él se acercó mí,y dijo ..”Serás salvo conmigo para siempre”, testifica Heyer.
A partir de ese momento, Walter dice que su vida fue completamente restaurada. “A partir de ese momento mi vida ha sido redimido y empecé a vivir la voluntad de Dios. Soy libre por casi 30 años y casado por 18 años”, dice.
“El Señor me sacó de esta terrible vida y me ha restaurado. Se lo debo a la gente que me ha amado, apoyado, dijo Walter. “Ahora mi vida es honrar y glorificar a Jesucristo. Mi testimonio muestra que Si hay libertad en Cristo”.
Fuente: Biblia Todo
