Cuando Sophia Nakisaala aceptó a Cristo a principios de este mes, ni se imaginaba las consecuencias que enfrentaría por dejar el islam.
El 7 de agosto, la ex musulmana de 35 años de Uganda, aceptó a Cristo cuando un predicador de la calle oró por la sanidad de su hija.
Nakisaala llevaba a su hija enferma de 5 años a un hospital del área cuando se detuvo para escuchar al evangelista compartir el evangelio. Luego él oró por ella.
“Mi hija se curó instantáneamente de la fiebre alta que le había provocado varias convulsiones”, dijo Nakisaala a Morning Star News. “El evangelista compartió conmigo acerca de Issa (Jesús), a quien él dijo ser el sanador y el Salvador. Entonces decidí aceptarlo como mi Señor y Salvador y luego volví a casa”.
Ella le dijo a Morning Star News que regresó a casa y compartió la buena noticia de la sanidad de su hija con su marido musulmán, Muhammad Lubaale, pero ella no le reveló que se había convertido al cristianismo.
Nakisaala estaba a punto de decirle cuando él la golpeó en la cara.
“Cuando le dije a mi esposo que el predicador también oró por mí, su estado de ánimo cambió y él no fue capaz de esperar a que yo terminara toda la historia”, relató Nakisaala. “Él se enfadó y me abofeteó, me callé y no respondí a su interrogatorio sobre mi nueva fe en Jesús”.
Pocos días después, Nakisaala tuvo el coraje y le dijo a su esposo que había dejado el islam.
“Mi esposo llegó a casa el 10 de agosto y comenzó a golpearme y herirme en la cabeza y la mano derecha, usando un palo”, dijo a Morning Star News. “Varios vecinos vinieron a mi rescate y me alojaron esa misma noche”.
Al día siguiente, con su esposo fuera de la casa, tomó a sus cuatro hijos y buscó refugio en una familia cristiana que informó rápidamente a las autoridades de la situación.
De acuerdo con Morning Star News, Nakisaala ha sido trasladada a un lugar no revelado para la protección y la sanidad espiritual mientras se recupera.
Fuente: Ante el Peligro de Apartarse de Dios
