“En 2009 yo era un joven en un momento excelente, con un buen empleo, estaba en el cuarto período de la facultad de las ciencias jurídicas y todo se interrumpió cuando me encontré con una piedra en el camino. “Era inmensa y mi moto tropezó con ella y bruscamente me lanzo fuera de la moto, el casco se desprendió de mi cabeza y entonces choque el cráneo contra el suelo y tuve un traumatismo craneal encefálico”, explicó.
“Cuando sufrí el accidente fui llevado de prisa por el cuerpo de bomberos, al hospital. Cuando llegué allí ellos pensaban que yo estaba en un coma alcohólico, pues no tenía ninguna herida externa. No fue ese tipo de accidente que la persona rueda unas cuatro veces. Fue un tumbado simple. Yo estaba sin arañazos, sin sangre. “Ellos hicieron todos los exámenes e identificaron que se estaba formando un coágulo dentro de mi caja craneal, apretando mi masa encefálica, lo que me mataría dentro de unas horas si no se hiciera la cirugía”, dijo.
“Tuve una convulsión en medio del accidente. Yo estaba consciente y tuve esa convulsión. Después otra en el camino y otra en el hospital. De tanto tener esas crisis me sedaron para cesar eso. Y ya ese cuadro en sí era muy preocupante, porque convulsiones en secuencia son suficientes para freír el cerebro de cualquier persona “, explico.
“Ellos me pusieron en coma inducido, por medio de medicamentos y me dejaron así hasta el otro día, cuando fue hecha esa cirugía y ahí me colocaron en la UTI para quedarse un tiempo en observación”.
Renato cuenta que a causa de su accidente, su madre se reconcilió con Cristo. Él también cuenta que muchas personas se movilizaron en oración por su vida. “Mi iglesia local, en la época, se movió en oración, en verdad, toda la ciudad, en ese tiempo yo vivía en Itaperuna “interior de Río de Janeiro”, eran 100 mil personas orando por una”, comento.
“La infección complicó tanto que se generalizó y pasó de mis pulmones a la corriente sanguínea y tomó todo mi cuerpo, esa situación hizo que las bacterias comenzar a vencer mi sistema de defensa, es como si estuviera en descomposición, vivo” , dijo.
“Mis órganosdejaron de funcionar. En ese cuadro, una señora de nombre Ana Paula escuchó esa campaña en la radio y Dios habló con ella diciéndole: “Ve al hospital porque yo quiero usarte”. Ella estaba orando en casa y por ser ciega oraba por la curación de ella. Ella se fue hasta el hospital, extendió las manos. Mi madre cuenta que cuando ella comenzó a orar, “se comenzo a poner caliente sólo alrededor de mi cama “, relató. “Ella oró y ese fuego de Dios me envolvió allí y en las horas subsiguientes empecé a presentar amplias señales de mejora hasta abrir los ojos y despertar de todo esto”, subrayó.
Fuente Guiame.com.br
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Fuente: Biblia Todo
