En Queenisland, Australia, una mujer llamada Fiona Simpson, su bebé de 4 meses y su abuela viajaban en auto para ir a una cafetería cuando quedaron atrapadas dentro del vehiculo por una violenta lluvia de granizo.
Lo que empezó como una pequeña salida a tomar un café terminó en fatales consecuencias, ya que comenzó como una lluvia inofensiva para luego darle paso a una ventisca y así en una tormenta tan fuerte que los pedazos de hielo eran demasiado grandes que empezaron a romper los vidrios del carro.
Simpson cuenta como en cuestión de segundos se abalanzó sobre su hija para protegerla porque el pedazo de hielo que logró partir el vidrio estaba justo del lado donde estaba la bebé y pudo golpearla levemente, pero su madre, para evitar daños irreversibles se lanzó encima de su hija para recibir en su espalda, brazos y cara los granizos que iban directamente a su niña.
“Podía verla, estaba gritando, pero ni siquiera podía oírla porque era tan fuerte”, dijo Simpson. Contó que esta escena duró 30 segundos dentro de su carro, el cual se convirtió en un campo de batalla para luchar en contra de los enormes pedazos de hielo; a su vez Fiona esperaba que pasará rápido la tormenta pero cada segundo empeoraba.
“Al final del día, todo lo que importa es que estamos vivos, un automóvil puede ser reemplazado y los moretones pueden sanar. Ya estamos bien” cuenta Fiona.
La misma agrega a su cuenta de Facebook un post donde escribe lo siguiente “¡Aprendí mi lección hoy, NUNCA maneje en una tormenta de granizo! Aparcamos a un lado de la carretera cuando la tormenta llegó a ser fuerte y el granizo destruyó nuestras ventanas. Cubrí a mi bebé con mi cuerpo para evitar que se lesionara gravemente. Por favor, tenga cuidado en esta temporada de tormentas”, concluye.
Fuente: Biblia Todo
