Migrantes de la caravana que se desplaza desde Honduras a EE.UU, que en la actualidad están en el desierto que está próximo a la frontera de América del norte, se han visto afectados de salud por el reciente contagio de Tuberculosis e Influenza.
5.000 latinos, en su mayoría provenientes de Honduras, en camino a EE.UU desde Tijuana, empujando coches y arrastrando cobijas han presentado síntomas de desgaste, cansancio, cambios extremos de clima y hasta hacinamiento por el viaje emprendido en busca de asilo en el país del presidente Trump.
Una marchante adolescente “lleva días con fiebre” decían de varios de sus acompañantes en la travesía, a esta muchacha se la llevaron en brazos porque se desmayó de tanto caminar; mientras una niña de 4 años cayó al suelo en medio de una fuerte convulsión cuando intentaba ella y su madre subirse a un camión.
Su madre, Mirna Carolina Ayala, se ha mostrado preocupada por la salud de su niña, “No sé qué tiene, no ha querido comer en días… si le pasa algo me muero”. La niña fue atendida por paramédicos que le suministraban oxígeno, su diagnostico fue de glucosa elevada y se le sugirió a su madre que fuera a un pediatra porque podría ser una posible PreDiabetes.
“El clima nos ha deteriorado” dicen los integrantes de la caravana, ya que vienen de un ambiente caliente y cuanto más avanzan, más baja la temperatura, “Hemos comido y dormido mal” dice.
Lo más común en la caravana es las infecciones respiratorias y también las gastrointestinales, el doctor que atendió a la niña, Luis Manuel Martínez, ha dicho que entre los análisis realizados “hemos detectado focos de influenza y tuberculosis”.
Con paso cansado, una sinfonía de estornudos y toses avanzan estos migrantes hacia EE.UU, “A la mayoría nos afectó el clima, es muy helado, no lo soporto” dice José Castellanos, un hondureño de 20 años que salía de servicio médico con las manos repletas de medicinas.
Estas personas duermen amontonados a la intemperie con sus colchas juntas formando una alfombra gigante llena de color, y junto a ellos están los sanitarios que se desbordan y la basura que ellos mismos causan.
No sólo es dolores físicos los que abundan en ese lugar, sino “dolores del alma”, Araceli Lopez cuenta “A mí lo que me duele es el corazón. Extraño todo lo que amo en mi país” dice mientra peina a su hija con peine para piojos, ya que al estar todos los niños juntos jugando, se han contagiado.
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Fuente: Biblia Todo
