El arqueólogo y experto
en lenguas antiguas de la Facultad
Wilfrid Laurier, Douglas Petrovich, está proponiendo una innovadora lectura de numerosas
inscripciones en losas egipcias de los siglos 18 al 14 a.C. que supondrían el primer “alfabeto” de todo el mundo
, una manera
temprana de hebreo con datos que coinciden con algunos aportados por los primeros libros de la Biblia.
Según Petrovich, los israelitas que vivían en Egipto transformaron los jeroglíficos de la civilización en “hebreo 1.0” hace bastante más de
3.800 años.
Los hebreos buscaban una manera
de estar comunicado
por escrito con otros judíos egipcios, y para eso
simplificaron el complejo sistema de escritura jeroglífica de los faraones en 22 elementos alfabéticos, ha propuesto Petrovich el pasado 17 de noviembre en la actividad social
anual de las Academias
Americanas de Exploración
Oriental (ASOR). “Hay una conexión entre los antiguos contenidos escritos
egipcios y los alfabetos preservados”, ha dicho
Petrovich.
La tesis de Petrovich le permitió de igual modo
traducir algunas inscripciones que hasta el día de hoy
no poseían
interpretación. Combinando identificaciones anteriores de algunas letras en el alfabeto obsoleto
con sus propias identificaciones de letras hebreas, Petrovich ha traducido 16 inscripciones hebreas de tres sitios egipcios. Numerosa s
figuras bíblicas se muestran
en las inscripciones traducidas, introduciendo
a José, que fue vendido como ciervo
por sus medio hermanos y después
se transformó
en una vigorosa
figura política en Egipto, la mujer
de José llamada Asenat, Moisés, o el padre de uno de los constructores del Tabernáculo, Ajisamac.
Una de las piezas egipcias encontradas, con fecha del 1834 A.C., analizadas y traducidas por Douglas Petrovich.
Una inscripción, fechada en 1834 aC, se traduce como “El vino es más abundante que la luz del día, que el panadero, que un noble”. Esta declaración seguramente
significó que, en ese instante
o poco antes, la bebida era abundante, pero la comida era escasa, dice Petrovich. Los israelitas, introduciendo
a José y su familia, seguramente
se mudaron a Egipto a lo largo de
una etapa
de hambre, cuando los egipcios estaban creando
silos para guardar
comestibles
. Petrovich no es ajeno a la disputa
que este estudio presentará frente
otros expertos
.
Varios
argumentan, sin importar
lo que se relata en el Obsoleto
Testamento, que los israelitas no vivieron en Egipto tan rápido
como lo ofrece
Petrovich. Las fechas bíblicas para la estadía de los israelitas en Egipto no son confiables, mantienen. Las tesis de Petrovich se publicarán dentro de poco
en un libro que el experto
ha impulsado a través de
un emprendimiento
de crowdfunding. El profesional
mantiene que el libro revela
terminantemente
que sólo una edición
temprana del hebreo puede ofrecer
sentido a las inscripciones egipcias.
Fuente: Cristo Viene Noticias