Atenas, Grecia, fue una ciudad de la gloria, intelecto y progreso. Hoy en día, la acrópolis, una vez en auge no es ajena a las turbulencias económicas y la incertidumbre acerca de cómo manejar los millones de refugiados sirios que repletan en sus costas.
Alrededor del 97 por ciento del país se identifica con la fe cristiana. Sin embargo, para muchos, su fe es más sobre la cultura que por convicción.
Aún así, a pesar del caos y la confusión, el avivamiento se está extendiendo. No sólo son refugiados musulmanes viniendo a Cristo, sino que también están compartiendo el evangelio por todo el país.
El líder cristiano David Crabb habla sobre el fenómeno en un artículo publicado en Desiring God.
Se cuenta la historia de Javad, un musulmán convertido iraní que ahora planta iglesias en Atenas.
“La primera vez oyó el evangelio a través de la radio por satélite, mientras vivía en Irán. No tenía una Biblia, y no sabia nada de Dios,” dice Crabb.
Cuando Javad llegó a Grecia fue a una iglesia por primera vez y dio su vida a Cristo, una decisión que podría costarle la vida bajo la ley islámica.
“Cuando llegué a la fe, sabía que nunca podría volver a mi familia o a Irán, pero vale la pena porque tengo a Jesús”, dijo Javad.
“Cuando llegué a la fe cristiana, sabía que nunca podría volver a mi familia de Irán, pero vale la pena porque ahora tengo a Jesús”, dijo Javad a Crabb.
El cristiano convertido ahora va a las calles de Grecia para compartir el Evangelio. Durante una de sus visitas, Javad conoció a una mujer musulmana que lo maldijo al pasar. Debido a la persistencia de Javad, sin embargo, sucedió algo milagroso.
“Unas semanas más tarde, él estaba predicando de nuevo en la iglesia después del servicio, una mujer se acercó a él y le dijo:” Te oí predicar en el parque hace unas semanas y te maldije, pero ahora tengo ojos para ver que Jesús es el Hijo de Dios ‘ “, recordó Crabb.
Fuente: Ante el Peligro de Apartarse de Dios
