Con este descriptivo título, Eyal Zisser, vicerrector de la Universidad de Tel Aviv, analiza los recientes ataques de Israel en territorio sirio para impedir la llegada de armamento a Hezbolá. Rusia, el verdadero poder en Siria, parece haber dado su visto bueno a estas acciones militares israelíes.
Israel (…) sigue atacando objetivos en Siria a pesar de la masiva presencia rusa allí. La prensa árabe ha informado incluso de que Moscú ha aceptado tácitamente esos ataques y, además, ha pedido a Hezbolá que no responda. Las informaciones a este respecto han enfurecido a los líderes de Hezbolá, que se apresuraron a negar su veracidad. Esos informes muestran, sin embargo, que la presencia rusa en Siria podría proporcionar incluso ciertos beneficios a Israel.
La presencia rusa, además, no ha paralizado la capacidad israelí de tomar medidas, aunque las ha convertido en transparentes para Moscú. En Israel, este hecho ya está siendo tenido en cuenta, como lo demuestran los informes de que Israel utilizó misiles en lugar de aviones en varios de esos ataques, para evitar fricciones innecesarias con el nuevo ‘sheriff’ de la ciudad, Rusia. En cualquier caso, es sólo una gota en el océano. El arsenal de Hezbolá, que supera los 100.000 misiles, es la amenaza para la que Israel debe prepararse.
Ariel Bolstein, fundador de la organización Faces of Israel, elogia en este artículo la actitud de la canciller alemana, que recientemente ha comparado el movimiento antiisraelí BDS (Boicot, Desinversiones y Sanciones) con el antisemitismo de los nazis.
La ecuación de Merkel es clara: la actitud antiisraelí es antisemitismo, y las instituciones europeas deben reconocerlo como tal. Con este fin, debemos definir unas claras reglas de juego en el espíritu de las observaciones de Merkel. A partir de ahora, no habrá absolución moral para los odiadores de Israel que buscan esconderse detrás de la libertad de expresión europea. De ahora en adelante, no toleraremos una actitud de disculpa hacia los que queman banderas israelíes en las calles de Londres o París. A partir de ahora, debemos pedir acciones y sanciones contra los que promueven el odio contra los israelíes, vivan en Berlín o en Ramala.
Hicham Melhem, corresponsal de Al Arabiya en Washington, traza en esta pieza un panorama de la dramática situación que vive la populosa ciudad siria, asediada por las tropas de Asad y sus aliados. La conquista de Alepo por Damasco, según Melhem, sería el inicio de la victoria definitiva del régimen baazista.
La caída de Alepo sería una derrota devastadora para las fuerzas anti-Asad, especialmente para los grupos que han recibido armas y entrenamiento por parte de EEUU. El control de Alepo mejorará considerablemente la capacidad del régimen de Asad para aumentar la presión en la región noroccidental de Idlib, en poder de los rebeldes. Para el régimen de Asad, conquistar Alepo significa que tendrá el control de todas las ciudades principales del interior que han pasado por combates infernales en los últimos cinco años: Damasco, Alepo, Homs y Hama. Asad, finalmente, regirá sobre una sociedad desolada, ciudades en ruinas y un país roto que, probablemente, no va a recuperarse jamás. La batalla de Alepo, en la cual el conquistador heredará el viento y el polvo que se levantan de los interminables montones de escombros, pone de relieve una vez más el increíble coste de la guerra de Siria: medio millón de muertos, un millón de heridos, cinco millones de refugiados y 11 millones de desplazados en el interior del país.
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Fuente: El Medio
