EEUU debe abandonar el Consejo de Derechos Humanos de la ONU

Es lo que defiende en este artículo la académica canadiense Anne Bayefsky, que considera irreformable ese organismo caracterizado por su animadversión hacia Israel.

Hay una agenda permanente con diez asuntos que rigen el procedimiento de cada sesión del Consejo de Derechos Humanos de la ONU. Uno tiene por objeto las violaciones a los derechos humanos cometidas por Israel y otro, con carácter genérico, a las cometidas por los otros 192 miembros de la ONU que podrían “requerir la atención del Consejo”. En el clásico doble lenguaje del Departamento de Estado, la Administración Obama prometió que, al sumarse al Consejo (en 2009), EEUU podría reformar su agenda desde dentro. La Administración Obama lo intentó y, como era previsible, fracasó. Pero entonces justificó su permanencia en el Consejo, pese a su trato desdeñoso al Estado judío, como un precio que valía la pena pagar por los derechos humanos de otras personas. (…)

La permanencia en Consejo implica pagar por ello. Una resolución del Consejo de 2016 pide la creación de una lista negra con todas las compañías que estén relacionadas o mantengan negocios “directa o indirectamente” con los denominados ‘asentamientos israelíes’. No es sorprendente que el Consejo no tenga un esquema de boicot comparable para los regímenes más atroces del mundo. (…)

La presente temporada del Consejo reafirmará la iniciativa de la lista negra y otros absurdos habituales, tales como pedir el retorno de los Altos del Golán a “la patria siria” como un mejor modo de proteger los derechos humanos de los sirios. A la vista de la composición del Consejo, no hay ninguna posibilidad de revertir los resultados. Quejarse simplemente de ser derrotado por la mayoría (…)  legitimaría el mecanismo de ataque a las corporaciones americanas por hacer negocios con Israel y a los principios fundacionales [de América].

Se trata de la operación Escudo del Eúfrates, emprendida por Ankara apenas días después del intento de golpe de Estado que descabezó sus Fuerzas Armadas. El analista turco Murat Yetkin explica los objetivos de esta operación, que, a su juicio, influyó de manera determinante en el curso del conflicto sirio.

La Operación Escudo del Eúfrates [tenía] dos objetivos:

1.- Poner fin al acceso físico del ISIL [Estado Islámico] a la frontera turca y expulsarlo de su territorio para impedir cualquier abuso en el transporte de militantes, armas y contrabando.

2.- Evitar que la zona limpia de elementos del ISIL fuera utilizada por el Partido de la Unión Democrática [PYD], la franquicia siria del ilegalizado Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), que disfruta del apoyo de las fuerzas estadounidenses.

(…)

Gracias al acuerdo alcanzado con Rusia (…) para evitar cualquier choque con las Fuerzas Aéreas rusas o sirias, la localidad de Dabiq, que tiene una importancia ideológica clave para el ISIL, fue tomada el 16 de octubre de 2016. El 23 de febrero, el Ejército Libre Sirio [principal grupo rebelde], apoyado por el Ejército turco, entró en el centro de la ciudad de Al Bab, una parada importante en el trayecto entre Alepo y Raqa, que fue capturada y declarada como cuartel general del ISIL en 2014. (…) Hasta el momento, 2.000 de los 5.000 kilómetros cuadrados han sido limpiados de [elementos del] ISIL por las fuerzas respaldadas por Turquía.

Pero hay un grave problema que bloquea el segundo objetivo de la operación ‘Escudo del Éufrates’. A pesar de la oferta turca de trabajar conjuntamente en la limpieza del ISIL, la anterior Administración de Barack Obama en EEUU ordenó al Comando Central estadounidense (Centcom) trabajar junto al PYD y su milicia, las Unidades de Protección del Pueblo (YPG), incluso conociendo sus relaciones con el PKK, que está considerado una organización terrorista también por EEUU.

La periodista y escritora bareiní Sausan al Shaer ve con optimismo el reciente entendimiento alcanzado por los principales actores regionales para contrarrestar la expansión iraní.

Hay un acuerdo entre EEUU, Rusia, Turquía y [los países del] Golfo para poner fin a la expansión iraní en las capitales árabes. Debemos ser claros en este punto si el mundo quiere nuestra cooperación para eliminar al ISIS.

A cambio de cualquier contribución del Golfo o árabe en la guerra contra el ISIS, en Irak o Siria, Irán debe quedar fuera de esas áreas. Este mensaje debe quedar claro al Gobierno iraquí. Mattis [James Mattis, secretario de Estado de Defensa] dijo que EEUU continuará apoyando a Irak incluso después de su liberación del ISIS.

Si vinculamos esta postura con la posición de Mattis sobre Irán como Estado que patrocina el terrorismo, veremos que estamos ante un frente unido que no solo insiste en la salida de las fuerzas iraníes de Irak y Siria, sino que también quiere acabar con la influencia de Irán en ambos países. Este mensaje es transmitido tanto por los países del Golfo como por EEUU.

El establecimiento de un frente EEUU-Golfo es el inicio de la nueva fase. Lleva el emblema del arabismo a las tierras liberadas del ISIS. Pronto el mundo sabrá claramente quién apoya al terrorismo y ayuda a la permanencia del ISIS, y quién quiere realmente deshacerse de él o utilizarlo como una excusa para expandirse.

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Fuente: El Medio

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