Parece que Estados Unidos tendrá que esperar para ver a la primera mujer que dirige el país en sus 240 años de historia. Con los resultados a las 5:00 horas, es probable que Donald Trump sea el presidente número 45. Las encuestas apuntaban a que su rival, la demócrata Hillary Clinton, sería la más votada en las elecciones presidenciales de este 8 de noviembre. Pero ni siquiera parece que se vaya a llevar el voto popular.
El magnate neoyorkino se ha adjudicado varios
estados en disputa, conocidos como bisagra (en inglés swing states o battleground states). Con el escrute avanzado se impone en
Florida, Nuevo Hampshire,
Ohio y
Carolina del Norte. Está por ver qué pasa con Nevada y Clinton lidera el escrutinio en
Pensilvania y Iowa. En los estados bisagra se observa que Trump es el más votado en las zonas rurales, mientras que Clinton era la elegida en las grandes ciudades.
Además, Donald Trump da la sorpresa en Michigan y Wisconsin, donde lidera el recuento, y ha estado cerca de recuperar el estado de
Virginia para la causa republicana. Obama se impuso allí en 2008 y 2012, como en Colorado, otro estado conservador que se sumó a la fiebre del primer presidente negro de la historia de EE.UU.
Clinton, como era de esperar, ha dominado el noreste (Nueva Jersey, Nueva York, Maryland, Washington DC, Delaware y Rhode Island) y se ha llevado además Nuevo México, Illinois y Colorado. También Hawai y California.
Por lo demás, no hay sorpresas. El sureste de EE.UU. ha optado por Trump, igual que el cinturón de acero (Rust Belt) y los estados de Texas, Oklahoma, Kansas, Nebraska, Misuri, Tennessee, las dos Dakotas, Montana y Wymoning.
Los sondeos no aciertan
Clinton mantenía el liderato en la mayoría de encuestas y encabezaba con más de un 80% las probabilidades de convertirse en presidenta, frente a menos de un 20% del candidato republicano. La ex primera dama se había mantenido en cabeza durante toda la campaña y tenía más de 3 puntos porcentuales de ventaja en intención de voto, según la media ponderada de las últimas encuestas que elabora la web
Real Clear Politics .
Los análisis del blog Upshot del diario
The New York Times daban a Clinton un 84% de probabilidades de victoria, frente al 16% de Trump, que a mediados de octubre llegó a un nimio 7% de posibilidades de ganar y esta noche ha visto cómo iban .
Los estados más importantes y donde las encuestas no dan un vencedor claro serán los de Florida (el gran premio con sus 29 votos electorales), Carolina del Norte (15 votos electorales), Nevada (6 votos electorales) y Nuevo Hampshire (4 votos electorales).
Según el sondeo a pie de urna de la CNN, el 70% de los votantes eran blancos, por sólo un 12% de afroamericanos. Además, un 62% de los votantes, decidió su voto antes de septiembre. Sólo un 12% lo ha hecho en la última semana. Y la mayoría no estaba entusiasmado con ninguno de los dos candidatos principales.
El complejo sistema electoral: el voto popular no elige al presidente
El voto popular no elige al presidente. Lo hace el colegio electoral, integrado por 538 electores o compromisarios de todos los estados. Esa cifra es igual al total de senadores y congresistas (100+435) del país norteamericano y los tres representantes del Distrito de Columbia, en Washington.
Los estados tienen el mismo número de compromisarios que de parlamentarios. Cada estado, salvo Maine y Nebraska, adjudica todos los compromisarios a quien gana el voto popular en ese territorio. Sólo las dos excepciones citadas reparten sus compromisarios de forma diferente, un elector por cada distrito del Congreso y uno a nivel estatal según el voto popular. El candidato que llegue a 270 electores será el próximo presidente.Si ningún candidato llega a ese guarismo o hay empate, será el Congreso quien elija al presidente. En este caso cada estado tendrá un único voto.
En la historia de Estados Unidos no siempre quien ha ganado el voto popular se ha mudado a la Avenida Pensilvania de la capital. Ha pasado ya cuatro veces. El último caso fue el de Al Gore y George W. Bush en el año 2000, cuando el demócrata aventajó a Bush en más de medio millón de votos pero perdió en el colegio electoral por los 537 votos de diferencia en Florida.