“2084”: la novela que presenta un mundo gobernado bajo el fanatismo islamista

George Orwell describió en su novela de ficción ‘1984’ una interpretación futurista sobre cómo sería una dictadura total que oprimiera y controlara cada uno de los movimientos de sus ciudadanos y castiga incluso a aquellos que delinquen con el pensamiento. Con esta misma idea de ‘un gran hermano absoluto’ el escritor argelino Boualem Sansal ha presentado su novela «2084» (Editorial Seix Barral) donde se imagina un mundo gobernado bajo el fanatismo islamista.

‘2084’ presenta una dictadura perfecta no sólo política, sino religiosa, estética y hasta sentimental. En ese mundo imaginario controlado por IS todo está codificado, previsto, estipulado, pero esta vez por Dios, “pero no un dios de amor como el cristiano”, apunta el autor en una entrevista concedida a la editorial PAPEL y que reproduce el Mundo, “sino un Dios islámico, basado en el miedo y que no siente nada por sus fieles”.

La presentación de este libro ha conmocionado Francia, y no por la obra literaria en sí, sino por la extrapolación que tiene a la realidad, por el temor de que se haga realidad, lo que en muchos rincones del planeta como Irak o Siria ya es una realidad cotidiana.

Por su interés reproducimos la entrevista a Sansal desde una sala del Instituto Francés de Cultura de Madrid a El Mundo.

“No sólo no es una fábula, es que 2084 ya está aquí”, explica el autor argelino. “Si para construir una casa has comprado ladrillos, cemento, tejas, sólo queda ensamblarlo todo. El islamismo está en su propio proceso de ensamblaje. Es un sistema centralmente religioso pero que se aprovecha de la mundialización y los medios modernos de manipulación de masas”.

«El dios del Islam no es el dios  cristiano, que vive una relación de amor con su criatura, En el Islam la relación es de miedo»

“En todo el país, en sus 60 provincias, nunca pasaba nada, nada visible. La vida era límpida. El orden sublime”. Así resume Sansal un imaginario país llamado Abistán. El vacío absoluto. Un territorio polvoriento donde sólo hay lugar para soldados, clérigos y millones de fieles abducidos cuya única ocupación es peregrinar, controlados por el ‘Aparato’ y la ‘Justa Fraternidad’, equivalentes del Gran Hermano orwelliano. Al extranjero se le conoce como ‘El enemigo’, pero no se tiene certeza de su existencia más allá de una frontera ignota a la que nadie se acerca. Una sociedad basada en el orden y el rito, pero con una base absolutamente irracional.

Usted recibe amenazas a diario, ¿tiene miedo?

Todos tenemos miedo. De las bombas, de entrar en el metro… Tomo precauciones pero no me dejo paralizar por él.

¿Se puede coexistir con el islamismo del ISIS?

 No es posible coexistir pero tampoco se les puede ganar.

Desde su ateísmo, plantea una diferencia absoluta entre el Islam y el resto de religiones monoteístas.

El dios del Islam no es el dios de los cristianos, que vive una relación de amor con su criatura y se preocupa por su redención. En el Islam la relación es de miedo. El dios inmenso no siente nada por sus fieles. No se puede decir nada de dios ni representarle. El hombre adora, obedece y aplica sus mandamientos. Es una relación de sometimiento. Es el principio de la sumisión que exige el Islam. El Corán es un código de circulación sobre cómo debe vivir el buen musulmán. No hay espiritualidad alguna.

Por las calles de Francia, el islam es una realidad cotidiana, sobre todo entre los jóvenes.

Es una realidad que se expande por toda Europa. El islam ha creado una serie de automatismos, una simbología vacía, como el velo entre las mujeres, que no aparece en ningún lado en el Corán. Concede una pertenencia y exige una obediencia.

El terror que crea una religión

Este escritor y estudioso del Islam cree que ISIS es un mecanismo perfeccionado que ha sabido crear una ficción, un terror y una comunicación en torno a una religión.

«Sus grandes jefes son multidiplomados casi siempre en estudios científicos. Y comparten con los nazis una mirada cruelmente científica sobre las cuestiones sociales. Un sistema científico se construye sobre axiomas, que no se demuestran. La religión también. Dios se apareció a un pastor, y a ver quién dice que no. Desde ahí se crea un sistema religioso y social», opina.

«Por mucho que sorprenda, la gente que vive en dictadura suele ser feliz, por mucho que nos duela»

“Así es la religión”, confiesa en la entrevista, “un conjunto de absurdeces pero que forma un todo coherente. Ni siquiera se percibe como una dictadura. Por mucho que sorprenda, la gente que vive en dictadura suele ser feliz, por mucho que nos duela. Se desprenden de las dudas que nos asaltan a los hombres libres. No existe la incertidumbre. El sistema les da todo. Yo viví en una dictadura socialista en Argelia. Todos teníamos un sueldo. Como no hay necesidades, la noción de libertad desaparece”.

A pesar de las amenazas que recibe por parte de los islamistas, Sansal sigue viviendo en Argelia y no tiene reparo en criticar a Occidente por sufrir un “cierto síndrome de Estocolmo referente al Islam”.

“Hay un macartismo en marcha. Nos sentimos ofendidos por todo. Es como una vuelta de la religión, sólo que esta vez sostenida por los progresistas. Todo es blasfemia, pecado, ofensa. ¿Por qué no tengo yo derecho a criticar el islam?, ¿Por qué no tengo derecho a ser islamófobo?”, sentencia.

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Fuente: Actuall

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